****Record Guiness.. El post más largo del mundo xDDDDDD****:
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arima
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adabrillante
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Capitulo 12
- Que guapo está con la sotana, que bien le sienta, pero en su mirada hay mucha tristeza, ¿que cosa debió pasarle en la vida para tener esa tristeza?, ¿será por el caso de su hermana monja?
Como me gustaría que me explicara con detalle, que fue lo que le pasó detrás de aquellos muros, en los que yo deseo pasar el resto de mi vida.
La voz del padre Adrián la sacó de sus pensamientos.
- Laura, ya hemos llegado, no has hablado durante todo el camino, ¿te pasa algo?
- ¿Te he visto muy pensativa, tienes algún problema?, ya sabes que puedes confiar en mi.
- Lo sé padre, pero los problemas que yo tengo no tienen solución. Lo que si quiero, es que se agilice un poco mi entrada a las clarisas, estoy deseosa de servir a Dios.
- ¿Padre?, ¿ya sabe que Cosme se marcha del pueblo?, se va para ayudar en los negocios de unos familiares, yo estoy muy preocupada y muy triste, pues dice que se va para siempre.
- Laura, tienes que entender que las personas quieran mirar por su futuro, y Cosme tiene todo el derecho a hacerlo. Ya sé que sois bueno amigos incluso mucho mas que eso, casi hermanos.
- Ya lo sé padre pero me da la sensación de que no se va por voluntad propia, se va por que se lo prometió a su padre, no sé si será feliz allá.
- Laura tienes que dejar que pase el tiempo que es el que todo lo pone en su lugar, tú tampoco sabes si serás feliz con la nueva vida que quieres emprender, por eso te digo que tiene que pasar el tiempo.
Ahora entremos, hay que arreglar la capilla para la misa que ya falta poco.
Entraron y cada uno se ocupó de su quehacer, Laura arregló el altar con las flores que habían traído por la mañana temprano de la ciudad, el párroco se dedico a vestirse y preparar los avios de la misa.
De vez en cuando se cruzaban sus miradas y reían como dos niños que jugaban a algo gracioso.
- Laura, he sabido por Dolores, que has ayudado al padre Anselmo en alguna ocasión en cosas de la iglesia, y que te tirabas los días enteros en la parroquia.
- Sí, además yo quería mucho al padre y he sentido mucho su muerte, el iba a ayudarme a entrar en las clarisas, pero justo el día que fui con mi padre para hablar con el, nos encontramos con la noticia de que había muerto.
Todo el pueblo lo ha sentido mucho, era muy querido por sus feligreses, había ayudado a mucha gente del pueblo y también de la ciudad. Siempre lo recordaremos.
- Espero llegar a ser si no tan querido como el padre Anselmo, al menos un poquito.
- Padre Adrián, usted es ya muy querido en esta aldea. La cara de Laura enrojeció y para el párroco, esto no pasó desapercibido.
En la calle ya se oía el murmullo de la gente que llegaba para oír la misa, se abrieron las puertas y todos fueron entrando hasta quedar la capilla llena.
- Que guapo está con la sotana, que bien le sienta, pero en su mirada hay mucha tristeza, ¿que cosa debió pasarle en la vida para tener esa tristeza?, ¿será por el caso de su hermana monja?
Como me gustaría que me explicara con detalle, que fue lo que le pasó detrás de aquellos muros, en los que yo deseo pasar el resto de mi vida.
La voz del padre Adrián la sacó de sus pensamientos.
- Laura, ya hemos llegado, no has hablado durante todo el camino, ¿te pasa algo?
- ¿Te he visto muy pensativa, tienes algún problema?, ya sabes que puedes confiar en mi.
- Lo sé padre, pero los problemas que yo tengo no tienen solución. Lo que si quiero, es que se agilice un poco mi entrada a las clarisas, estoy deseosa de servir a Dios.
- ¿Padre?, ¿ya sabe que Cosme se marcha del pueblo?, se va para ayudar en los negocios de unos familiares, yo estoy muy preocupada y muy triste, pues dice que se va para siempre.
- Laura, tienes que entender que las personas quieran mirar por su futuro, y Cosme tiene todo el derecho a hacerlo. Ya sé que sois bueno amigos incluso mucho mas que eso, casi hermanos.
- Ya lo sé padre pero me da la sensación de que no se va por voluntad propia, se va por que se lo prometió a su padre, no sé si será feliz allá.
- Laura tienes que dejar que pase el tiempo que es el que todo lo pone en su lugar, tú tampoco sabes si serás feliz con la nueva vida que quieres emprender, por eso te digo que tiene que pasar el tiempo.
Ahora entremos, hay que arreglar la capilla para la misa que ya falta poco.
Entraron y cada uno se ocupó de su quehacer, Laura arregló el altar con las flores que habían traído por la mañana temprano de la ciudad, el párroco se dedico a vestirse y preparar los avios de la misa.
De vez en cuando se cruzaban sus miradas y reían como dos niños que jugaban a algo gracioso.
- Laura, he sabido por Dolores, que has ayudado al padre Anselmo en alguna ocasión en cosas de la iglesia, y que te tirabas los días enteros en la parroquia.
- Sí, además yo quería mucho al padre y he sentido mucho su muerte, el iba a ayudarme a entrar en las clarisas, pero justo el día que fui con mi padre para hablar con el, nos encontramos con la noticia de que había muerto.
Todo el pueblo lo ha sentido mucho, era muy querido por sus feligreses, había ayudado a mucha gente del pueblo y también de la ciudad. Siempre lo recordaremos.
- Espero llegar a ser si no tan querido como el padre Anselmo, al menos un poquito.
- Padre Adrián, usted es ya muy querido en esta aldea. La cara de Laura enrojeció y para el párroco, esto no pasó desapercibido.
En la calle ya se oía el murmullo de la gente que llegaba para oír la misa, se abrieron las puertas y todos fueron entrando hasta quedar la capilla llena.
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adabrillante
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AdlyI escribió: EL ÁRBOL DE LOS PROBLEMAS
El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se dañó y lo hizo perder una hora de trabajo y luego su antiguo camión se negó a arrancar.
Mientras lo llevaba a casa, se sentó en silencio. Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos. Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa.
Posteriormente me acompañó hasta mi automóvil. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que lo había visto hacer un rato antes.
"Oh, ese es mi árbol de problemas", contestó. Sé que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego en la mañana los recojo otra vez.
Lo divertido es, añadió sonriendo, que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior...
sacado de http://www.holistica2000.com.ar/pensamientosant.html
Gracias
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