Ana, hace poquito que está con nosotros, no llega a tres semanas, pero te cuento:
Le hemos comprado una jaula grandota, y él hace sus necesidades en una especie de bandejita pequeña que hay en una esquina. A veces se le escapa algún conguito por la jaula
Antes de tenerlo, leí todo lo que pude sobre ellos, sus costumbres, alimentación, hábitos, etc, y leí que debían de salir de la jaula por lo menos tres horas al día. Yo soy incapaz de verlo ahí dentro si estoy en casa (igual le estoy acostumbrando mal), así que le suelto siempre.
Dejo la puerta lateral abierta y él entra y sale a comer, beber, etc.
Fuera de la jaula, sólo el primer día se meo en el suelo, nunca más ha vuelto a pasar. Le compré una bandejita (en el chino) de plástico y la llenamos del "serrín" especial para conejos (al mojarse se hace arenilla), SIEMPRE hace ahí sus necesidades.
Quizá soy muy pesada, muy constante o tengo mucha paciencia (que va a ser que no

), pero cuando salía de la jaula le ponía encima de la bandejita y recogía algún conguito que dejaba fuera y lo metía dentro. Igual hice con el papel absorbente que usé esa vez que se meo fuera.
Pues hasta hoy....
Suelen dejar conguis en sitios nuevos para marcar territorio porque no los conocen, pero Flint está todo el día suelto (no entra en la cocina ni en el baño, en los demás sitios sí) y no ha dejado nada por ningún lado bueno, alguno se le escapa, pero contados por toda la casa con los dedos de una mano, y además piensa que aún es muy pequeñín). Además es que le gusta estar en la habitación en la q está su jaula, debe ser que se siente más seguro.
No sé si he tenido suerte o aún me queda ver lo "malo", pero se porta de maravilla. Leí que se comen los cables si están a mano o la madera, pero el mío tiene cerca cables, puertas, etc, y no ha hecho ni el amago.
le llamo cuando viene, es una pasada, tan pequeñín, jajaja.
Mi marido dice que tengo mano con los animales, yo creo que sienten el cariño que les tenemos, lo notan. Ellos dos por ejemplo no se llevan muy bien que digamos. Flint se da la vuelta cuando mi marido le pone la mano delante, cerca del hocico
