Para cambio brutal, los productos Danone.
Recuerdo de pequeña, las natillas amarillas (de vainilla). Por aquel entonces el envase tenía unos cuadraditos amarillos y naranja. Fue cambiar el envase y esfumarse tanto el sabor como la textura original.
El flan de huevo, ahora no lo pruebo.
Y ya de los Petit-Suisse ni hablamos. Han sufrido tantos cambios, que dudo hasta que lleven queso
La Fanta naranja también ha cambiado. Antes, cuando venía en las botellas de cristal retornable de un litro, había que remover un poco, porque en el fondo se depositaba la naranja. Ahora ya no es ni de color naranja, tiene un color amarillento que no dan ni ganas de probarla. El sabor es totalmente distinto también.
Las cajas de galletas surtidas Cuétara. Mi madre tenía que esconderlas para que durasen algo más de dos días. Llegó un momento, que ya no sabían igual. Es más, no venían ni el mismo tipo de galletas.
Las patatas Matutano. TODAS. Ya ninguna sabe a lo que sabían hace 25 años. Recuerdo los atracones de bolas de queso, venían en un paquete verde y eran geniales. Ahora sólo saben a plástico.
También lo noto en lo que habéis dicho: los Huesitos, los Phoskitos (ni punto de comparación), Bollycaos, galletas María (ahora vienen quemadas y demasiado dulces), los gusanitos Risi, hasta los chicles Boomer y los Bang-Bang, ahora tienen la mitad de tamaño y no les dura nada el sabor.
Seguro que si pienso un rato, me acuerdo de más, pero paso, que me pongo de mala leche
