

Si el Señor Walt Disney (¡Que no! No está congelado como se rumorea) reescribiera La Cenicienta, tendría que hacer unos cuantos ajustes para adaptar el cuento a nuestros tiempos:
- Como sabemos Cenicienta es adorable, guapa, simpática, trabajadora, amiga de los animalitos y limpia… Por tanto no es amiga de los ratones. Y lleva un D&G de esta temporada:

- Su vestido para el baile se lo hacen los pajaritos (porque ya he dicho que es limpia y no hay ratones). Sr. Disney… tiene que ser algo mono, pero que puedan hacer unos pajaritos… no puede liarse con lazos y florituras… Este Dolce & Gabbana es perfecto:

- Las asquerosas de la madrasta y las hermanastras siguen siendo malísimas y hay que odiarlas. Pero… ¿no se les odia más a gusto si tienen dinero y van al baile de alta costura (fall 2008)?:
La madrastra de Jean Paul Gaultier:

Grisela de Christian Lacroix:

Anastasia de Jean Paul Gaultier (esta no tiene ningún interés por el príncipe):

- El hada madrina por supuesto aparece y va monísima, de alta costura y de Elie Saab (con la que luego veremos que tiene un acuerdo):

- Como he dicho existe un acuerdo: Elie le deja a Cenicienta los vestidos y el hada convence a chicochuc para que la nombre en su blog. Por tanto Elie Saab le manda unos cuantos modelitos para la chiquilla, que está super triste porque le han dejado sin baile:

Cenicienta y el hada llegan a la conclusión de que si Mr. Disney eligió un vestido clarito es porque le hacia ilusión. Eso les llevó a elegir el tercero. ¡Estaba divina!
- No hay calabaza, porque cenicienta no tenía tiempo de cuidar su huerta con la faena que le daban las tres víboras. A falta de con qué hacer la carroza, el hada le consigue el Bugatti Veyron de Hermes que salió en marzo del 2008 y cuesta poco más de un millón y medio de euros. Incluye un bolso de viaje adaptado al maletero, una carterita, logos por doquier y la velocidad máxima es de 405km/h. Como “la Ceni” no tenga cuidado, se queda sin puntos de carnet antes de llegar al baile…

- El principe flipa cuando la ve llegar, aunque no podemos asegurar que no fuera por el coche:

- Cenan algo y empieza el baile. Por supuesto llega el hada madrina de Armani Privé y con los zapatos mágicos en la mano (que no de cristal, porque es un peligro, y más sabiendo que se caerá uno en una escalera)

Se los pone a Cenicienta junto con otro vestido de Elie Saab. Porque en estos saraos una se cambia por lo menos una vez y este nuevo traje es más del estilo que le iba a Walt Disney. Y además abulta suficiente al bailar (recordemos que bailaron solos y con algo hay que llenar la pista…)

- Como sabemos, llegan las 12:00. Cenicienta se va, pierde el zapato y llega a duras penas a dar vuelta a la esquina, porque con ese vestido no había forma de meterse en el Bugatti…
- Al día siguiente, el emisario real de Gucci la busca y la encuentra:

- Tras la prueba de zapatos, el emisario se los cambia por un modelito de Hermes y se la lleva al palacio para que el principe le pida que se case con él y vivan felices para siempre.

Y colorín colorado, ¡este cuento se ha acabado!