Yo puedo contar el caso de mi madre. Sus padres tienen 93 y 87 años. Viven solos (bueno, el uno con el otro). Desde hace muchos años, su máximo anhelo, es irse a casa de su hija (mi madre). Tienen otras tres hijas, pero eso les da igual. Con las otras no hay el mismo
feeling. Mi madre siempre se ha hecho la loca (cuando puede superar el sentimiento de culpa). Cuando su problema fue más allá de la soledad y el aburrimiento, porque dejaron de valerse para las tareas básicas, las hijas se turnaban para cocinar, limpiar, lavar, etc. Pero ellos siempre con el morro largo porque "aquí estamos, solos como un perro".
¿Qué hizo a mi madre negarse a instalarlos en su casa? Hace unos 10 años, mis abuelos no eran dependientes. Se podían cuidar, podían salir a la calle, ir a visitar a sus hijas, etc. Pero se pusieron enfermos de algo no grave, no recuerdo, una gripe o algo así, y mi madre, que ya no tenía hijos en casa, dijo: "Vénganse a casa y así no tengo que estar preocupada y yendo y viniendo". Ellos encantados. En su casa nunca pasa nada. Sólo tele y más tele. En casa de su hija hay más movimiento. Uno entra, otro sale, suena el teléfono. Los ritmos de la casa son otros.
Ellos pretendieron que, ya que estaban allí, cada uno con su cama, con su sitio hecho, ¿para qué iban a volver a aquella casa? Mi madre, que es blanda de narices, hubiera cedido seguro. Peeeero... ella tiene un trabajo que a veces la hace estar muchas horas fuera de casa, a veces, por el trabajo de mi padre se come tarde. Bueno, en resumen, que mis abuelos empezaron a
fiscalizarla. Que qué horas son esas de comer, que la tele por la noche me molesta si no la apagáis, que si es que ese trabajo no lo puedes hacer igual en casa... Hasta que una noche (mis abuelos ya estaban en la cama) la avisan de que una amiga suya había muerto. Se va a pasar la noche al tanatorio, tranquila porque mi padre se quedaba en casa, y vuelve a las 7 de la mañana. Y cuál es su disgusto que se encuentra a mi abuela esperándola hecha un basilisco: que si se podía saber de dónde venía a esas horas...
Por supuesto, tanto sus hermanas como sus hijos la apoyamos. Mis abuelos volvieron a su casa. Desde hace 5 años son dependientes y hay una señora que los acompaña durante el día y sus hijas se turnan para dormir con ellos.
Creo que sentirse solo debe ser horrible, pero la solución no siempre es irte con tus hijos, porque el ritmo de vida y las costumbres son diferentes, y la adaptación es difícil. Aún, si la persona que llega se mentaliza de que vive en una casa a la que se debe adaptar, puede ser, pero normalmente no es así. A mí también me costaría adaptarme a los ritmos de la gente de otra edad o de otra actividad.
¿Solución? Difícil. Sobre todo porque cada vez son más las casas que permanecen vacías todo el día (Flori, sigo pensando que un mayor que se siente solo en su casa se siente igual de solo en otra en la que no haya nadie. Estar solo es estar solo), cada vez mayor la necesidad de intimidad (antes la gente no iba en bragas por la casa, ni aprovechaba un rato de cole para hacer el amor en el sofá).
Están las residencias de día, en la que la gente mayor se va a pasar el rato. A muchos les gusta, pero creo que para todos no es la solución. Nuestros mayores, en su mayoría, siguen pensando que la familia (es decir, las mujeres de la familia), está para atenderlos. Ellos aún son de la generación que veía a los hijos como un seguro de vida. Y se sienten decepcionados. Ojalá hubiera una solución mágica para todos
