Las torrijas normalmente se hacen como ya pusistéis anteriormente remojadas en leche o en vino, así es como se hacen de siempre, aunque por aquí se hacen mucho más las de leche y las de vino por el sur, pero también se pueden remojar en nata, en natillas, vino con miel... y también cuando están hechas se pueden empapar con un almíbar en lugar de ponerles azúcar y canela.
Por aquí se comen todo el año, pero antiguamente se llevaban de postre cuando se iba de merienda a una romería, al campo...por eso no faltaban cuando se hacia la merienda en el campo el Domingo de Pascua, que se celebraba mucho por aquí. Ahora ya casi nadie se va al campo ese día con la merienda, aunque en muchos sitios lo siguen celebrando juntándose los amigos, pero ya comiendo en las casas. Aquí os pongo los postres típicos de Galicia en Carnaval según los expertos:
Como sostiene el periodista y escritor Miguel Vila, los aspectos gastronómicos del entroido en Galicia se mantienen con fuerza, muy al contario, según su opinión, de la fiesta en sí, que cada vez va copiando más de otros carnavales como los de Cádiz, Tenerife o Río.
Según este experto -que ayer abrió en el Café Moderno el ciclo de conferencias sobre el carnaval organizado por el Concello- al aspecto gastronómico, que se mantiene con fuerza. Sobre todo en lo que se refiere a los postres, con las filloas y orejas como reinas indiscutibles. «Las filloas tienen una peculiaridad -matizó- y es que son extensibles a toda Galicia. Porque en el carnaval hay postres típicos que están reducidos a algunos ayuntamientos o comarcas definidos, pero en otras ni siquiera se ha oído hablar de ellos». Es el caso, por ejemplo, de los bandullos o vinchas, una especie de pudding con pan, leche, huevos, grasas y carnes de cerdo que se preparan en la misma vejiga del cerdo y son muy típicos en O Morrazo, sobre todo en Bueu y la Illa de Ons, pero poco conocidos fuera de esta zona. Y, lamentablemente, también hay exquisiteces, como las hojas de limón, que se están perdiendo, según Miguel Vila. «Probablemente es un dulce procedente de algún monasterio y que en algún momento debió tener más extensión en Galicia, pero ahora sólo hay referencias en sitios muy dispersos de la zona interior de A Coruña, o en Ferrol, A Mariña en Lugo e incluso en Tui. Y es una pena, porque para mí es lo mejorcito que se puede preparar en carnaval y son facilísimas de hacer. No entiendo cómo no se hacen en todas las casas». Pues para aquellos que quieran intentarlo en febrero ahí va la receta. Se necesita el mismo amoado que para una filloa (es decir, huevos, leche, harina, aunque es más espeso, y una pizquita de sal, algo imprescindible en los dulces para matizar su sabor). Una vez que está preparado se pone una sartén con aceite al fuego (mejor de girasol) y se mojan las hojas de limonero (lavadas y bien secas) en la masa, para después freírlas en aceite bien caliente. Cuando están doraditas se colocan en el plato con un papel absorbente y se les espolvorea azúcar. Y cuanto antes vayan a la mesa, mejor. Vila recuerda que la hoja de limón no se come, pero que es muy fácil desprender la masa- «Sale sola -añade-, y además este postre tiene un efecto secundario magnífico y es que nos deja un aroma en la casa impresionante. Es un ambientador espectacular». Después de Vila, el siguiente experto en intervenir será mañana el profesor de la Universidad de Santiago Ramón Mariño, que hablará sobre Os praceres da carne: os entroidos tradicionais de Galicia.
