
La otra noche estuvimos cenando en un restaurante marroquí y pedimos tagine de cordero, y por supuesto yo me quedé con ganas de más. Aunque lo he comido fuera bastantes veces, nunca había probado a hacerlo en casa, al menos no de la forma ortodoxa, así es que hoy me he decidido y he desenpolvado la receta (no literalmente, claro, porque la tenía en el ordenador), y me he puesto a ello. Estará mal que yo lo diga, pero ha quedado de muerte. ¡Como olía la casa!
Hay que dedicarle algo de tiempo, claro está, pero merece la pena porque los sabores tienen que concentrarse y unirse, ya que la lentitud es lo que hace este plato.
Por supuesto lo mejor es comerlo en un marroquí, con todo el ambiente, (en el mismo Marruecos ya sería ideal), pero para los que queramos darnos un gusto en casa, aquí os pongo la receta que yo he preparado (supongo que cada uno tendrá la suya), y espero que la probéis y me lo contéis. ¡Yo ya estoy deseando hacerlo de nuevo!
Para dos personas:
-200 gramos de carne de cordero (cuanto mejor la carne, mejor el plato, verdad de perogrullo pero ampliamente ignorada)
-2 zanahorias bien hermosas.
-1 cebolla
-1 par de dientes de ajo
-Almendras, piñones, pasas, un puñadito de cada cosa. Las almendras se pueden sustituir por nueces, las pasas por ciruelas u orejones, y en general lo que la imaginación os dicte. No le pongaís caramelos sugus, ahí ya pongo el límite.
-1 taza de caldo de ternera
- 1 cucharadita de concentrado de tomate
-1 cucharadita de harissa (pasta picante marroquí. Si no se tiene, sustituir por pimentón picante.
-1 cucharadita de miel.
Especias:
(Para marinar la carne)
- 2 cucharaditas de pimentón.
-1/4 cucharaditas de curcuma
-1/2 cucharadita de comino
-1/4 cucharadita de pimienta de cayena
- 1 cucharadita de canela
-1/4 de cucharadita de clavos
-1 cucharadita de sal
-1/2 cucharadita de gengibre en polvo
- El zumo de un limón
-1 cucharada de aceite de oliva
¿Hasta aquí bien? Parece mucho, pero los sabores casan de maravilla. Lo primero que tenéis que hacer es meter todo esto en una bolsa de esas de sandwiches, moverla, y meter la carne dentro. Ahí, que se mezcle bien. A la nevera, y dejarla de entre dos horas a un día entero. Obviamente, cuanto más tiempo, más sabor.
1. En una sartén con una cucharada de aceite oliva bien caliente, añadir el cordero y dorar un minuto o dos. Solo para que coja color. Lo sacaís y lo reserváis.
2. En la misma sarten pochar la cebolla y los ajos (la cebolla a mi para este plato me gusta cortada en trozos grandotes, así, tipo rústico). Cuando este bien pochitos (unos 5 minutos), añadir el cordero, el tomate concentrado y caldo hasta que cubra. Cuando empieze a hervir, bajarlo a fuego lento y dejarlo que cueza hasta que la carne este blanda y el líquido casi evaporado (yo diría mínimo una horita.)
3. LLegado este punto, se añaden las zanahorias cortadas en tacos, las pasas, almendras, etc, y un poco más de líquido para que no se nos pegue. Se dejan cocer las zanahorias unos 15 o 20 minutos. Antes de sacarlo, añadimos la harissa y la miel y dejamos unos cuantos minutos mas para que se integre todo. Finalmente adornamos con almedras tostadas fileteadas y con cilantro. En mi foto no veréis almendrqas fileteadas porque soy una gocha que me las comí antes de tiempo. Son muy buenas para el organismo, esa es mi excusa.