Hola a todas.
Aunque soy bastante nueva en este foro, quería contaros mi experiencia, por aquello de que el dolor repartido...es medio dolor.
Tengo una preciosa hija de 7 años. La pobre lleva...desde que puede hablar, pidiendo un hermanito/a...que nunca llega.
Os cuento:
Hace 8 años, en una visita al ginecólogo, este me dijo que yo iba a tener muchos problemas para quedar embarazada, por mis ovarios poliquísticos.
En mis planes no entraba tener un bebé en ese justo momento, pero decidí dejar la píldora, y que la vida siguiera su curso... ¡Y lo siguió!

¡Ya no volví a ver la regla hasta 9 meses después, que vino al mundo la niña de mis ojos!.
Cuando la niña tenía 3 años, volvimos a emprender la búsqueda de otro bebé.
Pero ahora sí parece que se cumplió aquella "profecía" del doctor.
Llevamos 4 años buscando un bebé que no llega.
No puedo tomar ningún estimulante de la ovulación, tipo OMIFIN, porque padezco otra enfermedad para la que están contraindicados.
Por fín el pasado mes de octubre, quedé embarazada. ¡No me lo creía!...Lo grité a los 4 vientos!!! Pues no era un secreto para mi entorno que me moría por tener otro hijo.
Pero no fué bien. A las 7 semanas tenía tamaño de 5. A las 9 semanas aún no le oíamos el corazón, y su tamaño seguía siendo de 5 semanas. Conclusión: Lo llevé un mes dentro sin vida, y me tuvieron que hacer un legrado.
No tengo palabras para describir mi tristeza cuando me bajaron a paritorio, y ví la papelera preparada debajo del potro de parto, para recibir ese cachito que hubiera sido mi bebé. Me estaban preparando para el legrado, y yo estaba oyendo nacer gemelos en el paritorio de al lado. Y mi marido fuera viendo salir a las felices mamás con sus bebés.
Va a hacer 6 meses de esto, y no he vuelto a lograr quedarme embarazada.
Y casi que ya pienso que no está escrito que yo vaya a tener otro bebé.
Soy feliz, porque esto confirma que mi hija es un MILAGRO, y una BENDICIÓN.
Y me siento feliz en general, pero creo que en mi fuero interno el no poder tener más hijos supone un fracaso en mi vida.
Sólo quería contarlo, porque cuando alguien pierde un hijo de tan pocas semanas, el entorno lo borra rápidamente de la memoria. Pero una mujer nunca lo olvida.
Era un embrión, pero era MI BEBÉ. Y se le escapó la vida antes tal vez de tener un corazón que yo pudiera oir latir.
Perdonadme, porque esto no anima a nadie. Pero necesitaba expresarme.
Gracias por leerme.