Guillermo es un gatazo completamente blanco que tiene unos 6 años y apareció de repente en una colonia que alimenta una conocida nuestra. Ya venía castrado pero tenía muy mala pinta. Las orejas le sangraban, apenas podía abrir los ojos, estaba muy delgado, el pelo mate y apelmazado se le caía a puñados, no tenía incisivos, el morrete lo tenía completamente hinchado... en fin, una estampa.

Parece ser que los dueños, al ver el problema de las orejas, probablemente con diagnóstico y presupuesto en mano, decidieron que no merecía la pena gastarse el dinero en este angelito y lo dejaron en la calle. Pero este peque es tan listo que fue a dar con una persona de verdad, no de esas que dicen que lo son y luego te abandonan cuando más lo necesitas, sino de esas que de verdad son HUMANAS.
Lo llevó al vete que le diagnosticó un carcinoma de células escamosas, es decir, un tumor en toda regla. La evolución había sido muy lenta así que probablemente hacía años que el gato estaba mal. La única solución era operar de forma contundente, cortando las orejas a ras. Por eso Guillermo parece un gato-castor.
Por si esto fuera poco, además del carcinoma y la anemia, Guillermo tenía clamidia (una infección en los ojos) y además dio positivo en inmuno. El tumor hacía que le picara absolutamente todo el cuerpo, por eso tenía calvas por muchos sitios.

La persona que lo recogió ya no se podía hacer cargo de él así que Guillermo está ahora con Málaga Felina, concretamente en mi casa. Se está recuperando rapidísimamente, no parece que tenga síntomas de inmuno. Los picores le van desapareciendo, va engordando, la clamidia va remitiendo, los ojos ya los va abriendo... Estamos esperando a que esté bien para ver si es factible darle un par de sesiones de quimio sólo para asegurarnos de que no recidiva.
Así que buscamos el adoptante imposible: alguien que sepa ver muchíiiiiisimo más allá del aspecto de gato-castor que tiene Guillermito, alguien que tan solo vea, como nosotras vemos, un gatazo dulce, cariñoso, mimoso, tranquilo... que tiene muchas ganas de vivir.
Aquí sin collar y en brazos de una amiga:
