Me encantan tus gatitos Davara, son una monada y sus hitorias son muy bonitas (afortunadamente hay gente buena como tu en el mundo).
Yo voy a añadir dos más. Son las gatitas de casa de mia padres, han sido mías hasta qu me he mudado, pero como estaba acostumbradas a esa casa me dió pena cambiarlas. Bueno, eso y que el resto de la familia no me lo permitió.
Esta es Moni, apareció un buen día entre un seto que había en casa. Suponemos que alguien la dejaría a su suerte y vaya si la tuvo. Mi hermano y yo nos tiramos cerca de una semana poniéndole leche (cada vez más cerca de casa) para que confiase en nosotros. Al principio estaba en el patio y le dabamos comida, pero tuvo mala suerte y se rompió una patita, así que la llevamos al veterinario y nos dió penita que durmiese en la calle. Desde entonces está en casa, como una reina. Ahora tiene 11 años y se le ha caido un colmillo de viejita. También he empezado a ser más obstinada e imapciente que antes (sobre todo con la comida) y se ha vuelto el doble de cariñosa, es como un viejito de verdad.

Esta es Clarita. Es hija de la anterior (la poniamos la inyección, pero debe ser que no a tiempo).
Nació cuando la otra era muy jovencita y nos enteramos el mismo día que nació de que la otra estaba embarazada (era triponcilla). Sólo tuvo dos gatitos y muy pequeñajos (la mamá tenía un año escaso cuando parió) y el hermanito al las poquitas horas de nacer se murió.
De pequeña la encantaba subirse a algún mueble y esconderse detrás de algo, se quedaba dormida y luego nos pasabamos un buen rato buscando.
Es menos cariñosa que su madre y devora todo lo que la pongas por delante.
Yo la llamo Dracu, fijaros en los colmillos. No le caben en la boca.

Y aquí madre e hija pegandose una ducha.

Y por último La historia de Cloe.
Llevabamos 6 meses o así viviendo en casa y habiamos decidido que no tendríamos animales porque pasamos mucho tiempo fuera y nos da pena. El caso es que un amigo mío, que vive cerca y se dedica a recoger todos los animales que se encuentra, me llamó para contarme que se había encontrado una preciosidad de gatita negra muy parecida a la qu etenía en casa de mis padres y él no podía quedarse con ella porque no hacía ni una semana que había llevado otro a casa.
El caso es que fui a verla y ya no nos pudimos separar. Desde entonces estamos pegaditas, tanto que el costi a veces se enfada porque la hago más mimos que a él (pero es que ella también me hace más mimos a mi).
Aquí está más grande que en la foto que he puesto antes. Y posando en plan diva (sabe que la estoy haciendo la foto, pero no mira)

Ahora soy yo la que espero no aburriros.