Anoche las hice para cenar, y recordé que nunca os había puesto aquí cómo hago para cocinarlas antes de sacarles la pulpa. Sé que lo normal es hacerles una cuadrícula con el cuchillo y hornearlas. Seguro que hay quien las pasa por el micro.
Hace unos meses, mi madre me explicó otra forma de hacerlas, para no tener que encender el horno. El caso es que a mí me salieron buenísimas y a ella no

Os explico, porque merece la pena. Yo hago la cuadrícula también, pero luego, en vez de meterlas al horno, las hago en la sartén, poniendo la parte cortada hacia abajo, con un pelín de aceite. Se pone a fuego bajo, para que no pidan más aceite, y se tapan, para que el interior de la sartén coja temperatura y se asemeje a un horno..
Bueno, después de tanto rollo, os pongo una fotillo de las de ayer. Las rellené con su propia pulpa y con salsa de tomate y cebolla casera, de la que hago en verano. Es cierto que el queso rallado no era de dieta. El bajo en grasa no funde tanto, pero pensé que si mi cena se componía de una crema de lechuga y espinacas, y media berenjena rellena, me lo podía permitir

