
Esta navidad estuve en un pueblo de jaén, en el que alquilamos una casita de pueblo, con chimenea, y bien que la gastamos. Pero es que, para mí, el ambiente era otro: estaba de vacaciones, sin prisas, sin gran cosa que hacer, sólo disfrutar, dejar pasar las horas leyendo, picotear... la chimenea no paró.
Es cierto que mi chimenea no tiraba muy bien, y cuando decidimos solucionar el problema del frío, una de las opciones era arreglarla. Pero si poníamos la calefacción no nos llegaba la pasta, así que así se quedó. Está mal hecha, está hecha por fuera, en vez de por dentro (aprovechamiento calórico escaso), no tira bien... Tendría que arreglarla, y sé que al final sólo la gastaría de uvas a peras.