OT: ...:
- reix
- Repostera-pastelera/o
- Mensajes:545
- Registrado:Dom 18 Ene 2009 22:03
De cercos
de cerca
la mecha de mi mala cabeza
la deshonra, la d e s h o r a,
carne encarnada en carne.
Rebelde heterodoxa.
La rabia, la huída, los labios,
la inercia del último disparo,
se separan los peldaños
la penumbra se cierne,
como un halo
machaca
agita
araña
grita
e s c u p e
la mugre
la sal
la huída
intenso masaje en carne viva
e_x_p_l_o_s_i_ó_n
hemostasia
expansión
y los ojos
anclados
en la nada
anidando
un rebote
en el vacío
del infinito
espacio.
de cerca
la mecha de mi mala cabeza
la deshonra, la d e s h o r a,
carne encarnada en carne.
Rebelde heterodoxa.
La rabia, la huída, los labios,
la inercia del último disparo,
se separan los peldaños
la penumbra se cierne,
como un halo
machaca
agita
araña
grita
e s c u p e
la mugre
la sal
la huída
intenso masaje en carne viva
e_x_p_l_o_s_i_ó_n
hemostasia
expansión
y los ojos
anclados
en la nada
anidando
un rebote
en el vacío
del infinito
espacio.
Última edición por reix el Mar 09 Mar 2010 11:21, editado 3 veces en total.
- reix
- Repostera-pastelera/o
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- Registrado:Dom 18 Ene 2009 22:03
Re: OT: ...
a veces suelo hacerlo, o solía. escribir como válvula de escape, como vía y método para entender qué estaba pasando o qué iba a pasar. antes solía... antés tenía un pequeño blog al que ya nadie riega, y ahora me vuelvo a ver en la necesidad de hacerlo... así que abro y me adueño de este huequito, para cuando me apetezca, sin pedir permiso a nadie... por que la locura es así de descarada...
- reix
- Repostera-pastelera/o
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- Registrado:Dom 18 Ene 2009 22:03
Re: OT: ...
Net escribió:

- reix
- Repostera-pastelera/o
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- Registrado:Dom 18 Ene 2009 22:03
Re: OT: ...
Un único instante fugaz convertido en dos segundos con leche, y la luz se tornó gris, dejando manchas de tinta en los márgenes de los cuadernos. Creo que todos podíamos imaginarnos cómo se sentía, cómo le dolían los huesos… porque escuchábamos el agua turbia nacer desde sus entrañas y salpicar a todos los presentes. No tuvimos el valor de enfrentarnos a sus pupilas repletas de desengaños, de balas confusas disparadas con la intención de clavarse entre dos costillas, sus labios despellejados de mentiras, su maraña de pelo repleta de dolor; pero tampoco podíamos obviar la situación, la bocanada de aire sucio y fuego que nos quemaba la tráquea, la aspereza que nos impedía dejar de temblar y mover las manos.
Estaba sola, contenida entre sudor y lágrimas, con algunas gotas de sangre perfectamente anudadas al rostro. La observé callada, sintiendo cómo se derrumbaba mi fe, sabiendo que nada volvería a ser igual después de aquello. Besaba el suelo, desmadejada, poseída por una fuerza de la que no era consciente. Por un momento esperé que empezara a derretirse ante mis ojos desencajados. Su piel, que aparecía de forma intermitente a lo largo de su cuerpo, se enrojecía con un temblor apenas perceptible; a ratos se amorataba por la acumulación de sangre concentrada, acompasando sus ojos mientras estallaban repletos de preguntas sin respuestas. Poco a poco se dibujaba la opacidad en su mirada absorta, en sus ojos grandes. Se aceleraba su respiración, se le caían una a una las pestañas. Me fijé en sus puños cerrados, en sus nudillos ásperos, pálidos y sin vida, y le pedí a todos los dioses en los que no creía que aún fuese capaz de pelear.
El viento soplaba frío, una brisa fresca traída de algún polo oeste, una ayuda que arrastrase nuestras pieles muertas. Entreabrió la boca ensangrentada y la madrugada se cubrió por un río de culpas que arrastraba ojos dados la vuelta. Las luces ruines aprovechaban los charcos para multiplicarse y huir. Ella y yo éramos las únicas que permanecíamos inmóviles. El pánico se apoderó de mí cuando me di cuenta de que apenas era capaz de moverse, una eternidad en los segundos que claudicaban tras la salida de emergencia. Y la abracé, queriendo protegerla de aquello que no acababa de entender, y noté su tacto frío, volátil, marmóreo. Casi no me miraba. Temblaba en mis brazos, manaba sangre por todos sus poros. Guardé su noche, su sueño desquebrajado, cubriéndola con la esperanza que no tenía. Y despertamos, con la piel reseca de todas las heridas, salpicando los adoquines de la calle que nunca abandonamos, siamesas. Y es que, por si no lo sabeis, ella y yo éramos la misma persona.
Estaba sola, contenida entre sudor y lágrimas, con algunas gotas de sangre perfectamente anudadas al rostro. La observé callada, sintiendo cómo se derrumbaba mi fe, sabiendo que nada volvería a ser igual después de aquello. Besaba el suelo, desmadejada, poseída por una fuerza de la que no era consciente. Por un momento esperé que empezara a derretirse ante mis ojos desencajados. Su piel, que aparecía de forma intermitente a lo largo de su cuerpo, se enrojecía con un temblor apenas perceptible; a ratos se amorataba por la acumulación de sangre concentrada, acompasando sus ojos mientras estallaban repletos de preguntas sin respuestas. Poco a poco se dibujaba la opacidad en su mirada absorta, en sus ojos grandes. Se aceleraba su respiración, se le caían una a una las pestañas. Me fijé en sus puños cerrados, en sus nudillos ásperos, pálidos y sin vida, y le pedí a todos los dioses en los que no creía que aún fuese capaz de pelear.
El viento soplaba frío, una brisa fresca traída de algún polo oeste, una ayuda que arrastrase nuestras pieles muertas. Entreabrió la boca ensangrentada y la madrugada se cubrió por un río de culpas que arrastraba ojos dados la vuelta. Las luces ruines aprovechaban los charcos para multiplicarse y huir. Ella y yo éramos las únicas que permanecíamos inmóviles. El pánico se apoderó de mí cuando me di cuenta de que apenas era capaz de moverse, una eternidad en los segundos que claudicaban tras la salida de emergencia. Y la abracé, queriendo protegerla de aquello que no acababa de entender, y noté su tacto frío, volátil, marmóreo. Casi no me miraba. Temblaba en mis brazos, manaba sangre por todos sus poros. Guardé su noche, su sueño desquebrajado, cubriéndola con la esperanza que no tenía. Y despertamos, con la piel reseca de todas las heridas, salpicando los adoquines de la calle que nunca abandonamos, siamesas. Y es que, por si no lo sabeis, ella y yo éramos la misma persona.
- mariajje
- Cocinera/o
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- Registrado:Vie 22 Dic 2006 02:00
Re: OT: ...
Jolín reix que escritora ha perdido la literatura española 

- reix
- Repostera-pastelera/o
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- Registrado:Dom 18 Ene 2009 22:03
Re: OT: ...
Jo, muchas graciasmariajje escribió:Jolín reix que escritora ha perdido la literatura española

sí que me veis con buenos ojos...


- crisaraiva
- Ayudanta/e de cocina
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- Registrado:Mar 23 Feb 2010 00:17
- Ubicación:Castilla en el cuerpo, Galicia en el corazón
Re: OT: ...
Sencillamente sublime. Puro sentimiento (bajo mi inexperta opinión). Emoción a flor de piel. No dejes de hacerlo, porque aparte de saber escribirlo y sentirlo, lo transmites ........
Bueno, que no tengo palabras para decirte cómo lo transmites.
Me rindo a tus pies.
Bueno, que no tengo palabras para decirte cómo lo transmites.



Me rindo a tus pies.

- reix
- Repostera-pastelera/o
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- Registrado:Dom 18 Ene 2009 22:03
Re: OT: ...
crisaraiva escribió:Sencillamente sublime. Puro sentimiento (bajo mi inexperta opinión). Emoción a flor de piel. No dejes de hacerlo, porque aparte de saber escribirlo y sentirlo, lo transmites ........
Bueno, que no tengo palabras para decirte cómo lo transmites.![]()
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Me rindo a tus pies.
Wow, me encanta leer estas cosas... Realmente no escribo ni por nadie ni para nadie, pero me gusta ver que a la gente le puede remover algo por dentro leerme, para bien o para mal.
Muchas gracias.
Seguiré compartiendo cositas con vosotras
(o contigo


- reix
- Repostera-pastelera/o
- Mensajes:545
- Registrado:Dom 18 Ene 2009 22:03
Re: OT: ...
El hoy de aquel día se dibuja más azul con el tacto de la ropa contra el suelo. Sobran comas, muebles, mapas. Me susurras en voz baja tres horizontal y yo cuento las letras pero me faltan las palabras. No puedo más que hablarte desde el ángulo convexo de tu boca, perderme detrás, entre los dientes. Ternura, arte y sexo. Y nunca saber dónde nada, y sin embargo todo. Una va y se levanta, y viene, y se vuelve a marchar, y aprieta, muerde, suelta, lame, retuerce, enmudece, sin saber cuándo es lo uno o lo otro. Escucha el eco prolongado, la vida, la fatiga, desviste la mente y abriga los huecos con rebaños ajenos y asfixias de miedos. Respiras y te dejas llevar. O te dejas respirar y llevas y traes contigo un aire que ni te pertenece, pero que te permite seguir oxigenando. Música. Para que no articulen las palabras entre tu cintura y la mía. Beberme tu carne y que te comas mi llanto. Enseñarte (con mis manos) dónde quiero guardar tu tacto (cálido).
Sí, lo sigo necesitando.
Sí, lo sigo necesitando.
Última edición por reix el Mié 10 Mar 2010 01:23, editado 1 vez en total.
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