


Doña Paiper, norteña ella, primera kedada y primera en llegar. Continuando zona norte, la representación de toda Cantabria, la representante de Castilla-León, la zaragozana, las gallegas…¿buscábamos la kedada o buscábamos el sol? Pues ni lo uno ni lo otro, a quienes llegamos a mediatarde nos recibió una impresionante LLUVIA, palabrita que hubo que sacar los paragüas, alguna valenciana quedó un ratito encerrada en Enjuliana (creo que les importó muy poco) y las gallegas en un super frente al Hotel “haciendo provisiones”.

El hotel, estupendo para lo que íbamos, amplias habitaciones, todas con sala de estar y terraza e incluso algunas con nevera que funcionaba, ¡buen servicio nos dio el ir descubriendo que frigos no estaban desconectados!

Y sobre el jueves poco más, íbamos llegando, nos íbamos llamando, abrazando…¡que ganas locas de vernos! Ni deshacer maletas ni ná …Besos a la marijo, la de Santander, casi valencia la completo (faltaba Roma y onlytime), la expedición de los madriles… un pequeño grupito de 22 que marchamos con los jefes y organización a cenar a un chiringuito muy próximo al hotel (no sé porqué, ¿será que en kedadas anteriores nos quejamos “un poquito de nada” por caminar?).

La cena en “chiringuito Larry”, bien, pescaitos fritos y cositas ricas aunque, la verdad, casi ni les prestamos atención, todo era hablar, hablar, hablar…Ayyyy..¡cuánto atraso de hablarnos en vivo y en directo!!
Después de cenar, como había más que hablar, caminamos “allí al ladito” al puerto deportivo, una zona preciosa. Después de un paseíto algún grupito tiró ya para el hotel y la “resistencia” tuvimos el valor de conocer los localitos de copas del lugar (Por cierto, las copas a 3 euros!!!).
Y ahora, de regreso, nuestras compas no se habían acostado, noo, estaban de palique a la espera de volver a juntarnos, cosa que hicimos en el propio hall del hotel, con el beneplácito del conserje de noche, bien sobornado con un artículo viajero desde la propia Galicia: Marisquito fresquito!!! Eso sí, escondido dentro de una empanada de zamburiñas, otra de bacalao con pasas y unos bizcochos borrachitos que aún remataron el último día en casa de Atina.
Y hasta aquí puedo contar, eran las 3 y cuarto de la mañana, pocas se habían retirado ya pero decidimos que “mañana más” y a camita a dormir…¡nos quedaban aún muchos días juntas!!