

Estas rosquillas son típicas de San Froilán, se hacen aquí para esa fecha, el 5 de octubre que es festivo, pero en casa nos gustan tanto, que de vez en cuando caen











Receta:
400 gr de leche
110 gr mantequilla o margarina
10 gr de azúcar
10 gr de sal
200 gr harina floja (la normal de cocinar)
260 gr de huevos ( un poco menos de 5 huevos medianos)
10 gr de licor (un chorrito de anis u otro licor que os guste)
Para la glasa, azúcar glas con un poco de agua, que quede espesito.
Elaboración:
Poner el azúcar, la leche, la mantequilla y la sal a cocer. Cuando el conjunto cueza añadir la harina toda de golpe y escaldar mezclando el conjunto con una cuchara de madera hasta que se haga una bola la masa alrededor de la cuchara, quitáis del fuego y dais unos minutos para que se temple un poco, no mucho, lo justo para que al añadir los huevos no se cuajen.
Añadir el anis y los huevos de uno en uno, y remover hasta que se intregren bien con la masa, cuando veáis que está integrado añadís el siguiente huevo.
Dejar que la masa se enfríe por completo.
Ahora viene lo más complicado de explicar, pero es muy fácil de hacer




Escudillar con manga y boquilla rizada sobre papeles de horno, y freir a 185º, volcando el papel sobre el aceite, a ver, una vez que tenéis hechas las rosquillas en el papel, las ponéis boca abajo sobre el aceite hasta que caigan, sujetando el papel, podéis usar el mismo papel para las siguientes, yo suelo cortar papeles de 15 X 8 cm y pongo 3 rosquillas en cada uno, para que os hagáis a la idea del tamaño, mientras más pequeñas queden son más bonitas, pero tampoco os paséis, crecen algo al freir.
Una vez que están fritas, se bañan en glasa muerta, o si lo preferís en azúcar con canela o bien en chocolate, a mi las que más me gustan son las de la glasa.
Yo una vez que las baño, las voy colocando sobre una rejilla para que escurra el excedente, y luego ya a la bandeja.
Por cierto, son muy jugositas, no quedan duras, son blanditas por dentro.