Puff, el momento parir y visitas es un puñetero agobio.
Estuve ingresada una semana antes de dar a luz, y prohibí expresamente a mi cositllin que le dijese nada a su mami, porque ya veía que saldríamos en el periódico y tendría conmigo a primos y demás parentela. Así que sólo nosotros y mis padres (que son fáciles de manejar y no dan problemas). No estaba como para que me diesen lata, además uno de los días tuve tal bajón que tuvieron que turnarse para dormir conmigo, porque las noticias que me dieron me amargaron el día, lo que faltaba es aguantar a toda la parentela, organizando nuestra vida.
Lo peor la llegada a casa, DIOS¡¡¡¡ qué horror, el teléfono no dejaba de sonar, hasta que tuvimos que desconectarlo, porque cuando intentaba descansar llamaban para preguntar por el bebé. Total a la madre que le dén, que ni estuvo allí, ni parió, ni le dieron puntos, ni nada de nada.
Pero eso se lleva, excepto cuando pasan a la acción y los tienes en la puerta, tienen que ver al crio DIA SI, DIA TAMBIÉN, no sea que no se estén enterando de los cambios. Y como no estás convaleciente, ponte a preparar algo de merienda, algo de beber, aguantar a cuanto pesado sse presenta en casa y poner buena cara y aguantar y aguantar, hasta que tienes ganas de lanzarte al rio o esconderte bajo una piedra donde nadie te encuentre. Sin olvidar, que las más cotillas aprovecharán para valorar la limpieza del lugar, con lo cual estás agotada de tantas chorradas. Unas amigas me decían, que lo mejor en estos casos es cerrar la puerta y tirar la llave
