al rato que yo ya pensaba que la habian abducio en el probador me llama con los pantalones por la rodilla que ni bajaban ni subian, y me dice: traeme la 38 que parece que no suben.
y yo que llego con la 38 para que se la probase estos por lo menos le subienron hasta el muslo, y me toco ir a por la 40 estos no le abrochan finalmente voy a por la 42 y finalmente se escucho en la tienda ALELUYA c**o si hasta te cierra el botón.
esta es la historia de una mañana de compras que por supuesto no se volvio a repetir.




