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SIRENA64 - Jefa de cocina

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SIRENA64 - Jefa de cocina

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por SIRENA64 » 13 Ene 2007 12:35
Erase una vez un pueblo muy, muy lejano, en el que viv?a un carpintero muy especial:
Jon?s era el carpintero del barrio y aunque tenía su pequeño taller varias calles más abajo, todo el vecindario sabía que podía acudir aél, ya que tenía un corazón de oro y ayudaba a la gente sin pedir nada a cambio, salvo una sonrisa de agradecimiento.
-La puerta ha quedado perfecta-, indic? Jon?s mientras comprobaba las bisagras por última vez. A continuación recogi? su caja de herramientas y se despidió de sus vecinos sin querer cobrarles nada por el trabajo, ya que sabía que aquella gente era muy pobre y no tenían apenas dinero.
Ya en la calle se encontré con Alonso, su buen amigo el zapatero, con el que se detuvo a charlar animadamente hasta que el reloj de la torre de la iglesia le indic? que era hora de volver a casa. A su regreso a la carpinter?a Jon?s dejé la caja de herramientas encima de la mesa y se quitú el mandil para dejarlo colgado de una percha de la pared, pero en ese momento algo llam? poderosamente su atenci?n: all?, encima de la mesa, justo al lado de la caja de herramientas, había una bonita y reluciente moneda de oro.
-¿Quién habrá olvidado aquí esta moneda?-, pensá mientras se rascaba la cabeza con la mano derecha. -Seguramente se la habrá dejado olvidada alguno de mis clientes- concluy? mientras cerraba la puerta del taller para dirigirse a casa. Jon?s pasó toda la noche pensando Quién podría ser el dueño de aquella moneda y solo se le ocurrió que ya que no podía saber a Quién pertenec?a, lo mejor seráa entreg?rsela a Juana, una señora del barrio, muy pobre y con muchos hijos; de modo que al día siguiente, de camino a la carpinter?a, entreg? la moneda a la mujer que se puso muy contenta.
Ya en el taller sus tareas le mantuvieron ocupado hasta la hora de comer y fue en aquel momento, al dejar el martillo encima de la mesa, cuando observ? un resplandor dorado similar al del día anterior, solo que en esta ocasión no se trataba de una si no de dos enormes y relucientes monedas de oro. Jon?s abrió unos ojos c**o platos ya que en esta ocasión no podía tratarse de otro descuido de manera que, aún sorprendido, optú por guardarse las dos monedas en el bolsillo del pantal?n.
Aquella tarde recibió la visita de otro vecino. El hombre acudía a pagar al carpintero por haberle arreglado el tejado de su casa, pero con lágrimas en los ojos le dijo que le era imposible pagar, pues no tenía trabajo ni dinero. Jon?s le escuch? atentamente y le contestú sonriendo: -no debes preocuparte; no hace falta que me pagues nada-. El hombre agradecido le abraz? y Jon?s salió a despedirle hasta la calle de forma que cuando entré de nuevo en el taller encontré otras dos monedas de oro brillando encima de la mesa. El carpintero, incr?dulo, se frotú los ojos al descubrir este nuevo tesoro y apresuradamente las recogi? y se las guard? en el bolsillo junto a las otras.
Durante toda la noche y el día siguiente el buen carpintero estuvo buscando una explicación a lo sucedido y llegó a una conclusi?n: cada vez que ayudaba a alguien, recib?a una recompensa en forma de monedas de oro.
Para tratar de comprobar su teor?a recogi? la caja de herramientas y acudi? a la casa de un vecino al que tenía que arreglarle una ventana. Una vez en su casa le arregló el marco de la ventana y no solo no le cobr? sino que además le ajusted una bisagra de la puerta que chirriaba. Después de recibir el agradecimiento del buen hombre, Jon?s corri? hacia su taller apresuradamente, abrió la puerta y....??efectivamente!!, encima de la mesa aparec?an cuatro monedas de puro oro.
Jon?s cerr? la puerta tras de sí y la atranc? con un cerrojo; recogi? las monedas y las guard? juntú con las demás.
Así fueron pasando los días y Jon?s fue amasando una fortuna, aunque tambiény sin darse cuenta, su codicia tambiéniba en aumento.
Hasta que un buen día el carpintero entreg? una limosna a un ciego a la puerta de la iglesia y corri? al taller esperando su recompensa. Cual fue su sorpresa cuando en lugar de una pieza de oro lo que había encima de la mesa era una vulgar moneda de hierro. Confundido, el carpintero salió de nuevo a la calle y a la primera persona que se encontré le entreg? una cantidad de dinero aún mayor que la del ciego; a continuación entré corriendo al taller y busc? y rebusc? sus monedas de oro: Revis? el banco de trabajo, arroj? al suelo toda la herramienta e incluso se arrodill? delante de la mesa para buscarlas por el suelo; pero lo único que hall? fueron dos miserables monedas de hierro.
Enfurecido y aterrado optú por llevar su tesoro al Banco de la ciudad para ponerlo a salvo, así que recogi? su cofre de monedas y salió. En el camino se encontré con su amigo el zapatero que le salud? cortúsmente pero Jon?s, mas preocupado por su dinero que por sus amigos, no tuvo tiempo de responder al saludo.
Todos los días acudía el carpintero al banco a contar sus monedas. Se había convertido en una persona desconfiada, malhumorada y con un corazón de hierro. Pero una mañana, al abrir el cofre, descubri? que sus amadas monedas doradas se habían convertido en vulgares monedas de hierro. Furioso por el engaño pidió explicaciones pero nadie en el banco se las pudo dar, de modo que Jon?s tuvo que darse por vencido y echarse a llorar.
Ya de camino a casa, desolado y cargando con su cofre lleno de monedas sin valor, cruz? por delante de una pequeña herrer?a. Al verle pasar, un viejo herrero salió a su encuentro para pedirle una limosna. Jon?s le mir? de arriba a abajo y después de pensárselo unos segundos, sonriendo, le entreg? el cofre. El viejo lo abrió y su cara se llen? de una gran alegría, ya que con aquellos trozos de hierro sin valor, podría forjar decenas de herraduras con las que poder dar de comer a su familia.
El carpintero le sigui? con la mirada mientras el viejo se alejaba feliz con el cofre y, mas reconfortado, continu? su camino. Al llegar a la carpinter?a se puso el mandil para comenzar a trabajar y entonces observ? que encima de la mesa había una reluciente moneda de oro.
De esta manera Jon?s aprendi? que la verdadera recompensa está en ayudar y no en esperar nada a cambio.

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Tori21 - Subjefa/e de cocina

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por Tori21 » 13 Ene 2007 12:38
SIRENITA, TE ESPERAMOS A TI Y A TUS PRECIOSOS CUENTOS
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Tori21 el 06 Jun 2007 01:18, editado 2 veces en total.
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SIRENA64 - Jefa de cocina

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por SIRENA64 » 15 Ene 2007 14:39
EL MAGO DE ARENA
Acababa de heredar un legendario y grandioso castillo de no sé que pariente lejano y nunca conocido personalmente. Ilusionada por la alegría de verlo y recorrer todas sus estancias, me traslad? allí inmediatamente. En una habitaci?n en donde había una cama de matrimonio con las colchas rosas y un dosel transparente lleno de florecitas del mismo color, sobre ella encontré algo que me cambiaráa la vida para siempre.
Era una vieja caja de cartún con las solapas rotas, dentro de ella había vestidos de época, cogí la caja y la vaci? sobre la cama, contempl? las hermosas telas, los tules, los encajes, los adornos originales que adornaban cada escote y cada falda de cada vestido.
Hab?a uno hermos?simo, su corpi?o era de color naranja, y sus mangas largas y bufadas, eran de color verde al conjunto con la falda. Por las mangas y la falda había innumerables curvilíneas celestes y por el corpi?o había pequeños diamantes en forma de rombos. Emocionada me probé el vestido para ver c**o me quedaba.
Segu? buscando entre todos los objetos arrojados a la cama, encontré unos zapatos de cristal con dos franjas alrededor de ellos, una era de color celeste y la otra naranja.
Supuse que aquellos zapatos iban a juego con el vestido que llevaba puesto, y en el caso de que no fuera así combinaban bastante.
Empec? a dar vueltas con el vestido y los zapatos puestos con los ojos cerrados, en cuanto los abr? me encontré en la mazmorra del castillo ¿Cómo había ido a parar all?? Sobre una dura cama de hierro, con una fin?sima s?bana blanca y sin almohada, estaba llorando una muchacha vestida con un harapiento vestido blanco, arrodillada en el suelo y ocultando su cara sobre la s?bana bajo sus manos.
Yo me acerqué hacia ella y le preguntó qué le pasaba. Ella me mir?, se limpi? las lágrimas y se sentú sobre la cama cedi?ndome a mí un sitio a su lado.
- Llevo encerrada aquí mucho tiempo, el mago de arena me secuestr? y me obliga a estar aquí prisionera hasta que aceptú casarme con él.
-¿Qué mago? ¿De que habl así
- Llevas el vestido que confeccion? mi hada madrina para mí para poderme escapar, con él puesto puedes atravesar las paredes y con esos zapatos puedes viajar en el tiempo.
-?Viajar en el tiempo?-repetú para mí misma empezando a comprender lo que había pasado.
- Mi hada madrina quedé de acuerdo conmigo en entregarme ese vestido, pero el mago de arena la matú delante de mí con un puñal, y sus últimas palabras fueron: ¿no te preocupes, buscaré a alguien en el futuro para que te pueda dar el vestido en mi lugar.?
-¿Y ese alguien soy yo?
- Supongo, en cuanto cumplas la misi?n de darme el vestido volverás a tu tiempo, no te preocupes por nada, los zapatos se encargaran de todo.
Antes de quitarme el vestido para dírselo a ella, mir? por la ventanilla de rejas de la puerta de metal, y vi un montoncito de arena acerc?ndose muy despacio. Ella se acerc? hacia mí por detr?s y me dijo:
- Ese es el mago, corre se está acercando, vamos a cambiarnos los vestidos.
Así lo hicimos, yo volví al futuro con su viejo vestido blanco y los zapatos, y ella supongo que debi? escaparse del malvado mago.
Cuando volví a encontrarme otra vez en la habitaci?n matrimonial, fui corriendo hasta las mazmorras, entré en el mismo cuarto en donde había estado prisionera aquella muchacha, por todo el suelo y las paredes, había una sustancia arenosa esparcida.
Y en la pared escrita con tinta había una palabra: gracias.
Sonre? y pensá:
¡Lo sabía, ella consigui? escapar, y la arena es del mago que se derriti? de rabia por no ver cumplido nunca su sueño de casarse con ella.?
un besos para todo todavia no e podido formatear este portatil ya ke no sabemos sacar unas firma eletronica

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SIRENA64 - Jefa de cocina

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por SIRENA64 » 15 Ene 2007 22:29
En el interior de un bosque en él que siempre era de noche, siempre llov?a, los troncos de los ?rboles eran negros y en ellos nunca crec?an ni hojas, ni flores, ni frutos. En ese bosque estaba prisionero un pr?ncipe desde hacía muchísimos años, él estaba amarrado entre los ramas de un gran ?rbol, tenía inmovilizados los brazos y las piernas, sobre la boca le rozaba una rama que le ara?aba e impedía que chillara.
Al pr?ncipe lo había puesto en esas circunstancias su madrastra, la nueva mujer de su padre, Quién se había apropiado del reino y engañado a su marido con la falsa muerte de su hijo. El pr?ncipe o?a siempre la voz de una muchacha que le tranquilizaba y le juraba que le salvar?a, no sabía Quién era, pero había algo en su voz que le indicaba que podía confiar en ella.
Desde que escuchaba su voz, se sentía más fuerte y notaba que las ramas le apretaban menos. Un día que la reina fue a verlo para ver en que estado se encontraba, vio alrededor del ?rbol c**o habían crecido dos florecitas amarillitas y otras dos blancas, y se extra?? muchísimo ya que en ese bosque nunca crec?a nada.
- ¿Qué has hecho para que crezcan estas flores?-le preguntó la reina al pr?ncipe.
Pero él no podía hablar.
- Es muy raro que hayan crecido estas flores aquí, no sé si tendré que cambiarte de sitio o eliminarte definitivamente, bueno, ya lo pensaré.
La reina se dispuso a abandonar el bosque pero pasó algo extraordinario, la lluvia se desplazo del sitio y el agua solo caña sobre el terreno en él que ella pisaba.
En cuanto el pr?ncipe se encontré a solas, escuch? de nuevo la voz femenina:
- No te preocupes, yo voy a salvarte, solo necesito poder recuperar mi forma humana, en cuanto me liber? de mis nubes, me largar? contigo.
Cada vez que ven?a la reina, había más y más flores amarillitas y blancas alrededor del ?rbol.
- Que raro, últimamente está lloviendo mucho, demasiado incluso para este bosque, es c**o si la lluvia quisiera escapar de las nubes ?Tendr?n algo que ver las flores en todo este lío?
Cada vez que la reina abandonaba el bosque, la lluvia le seguía y solo le mojaba a ella.
El agua cada vez era más abundante, la única zona en donde crec?an flores, que cada vez eran más y más altas, con dimensiones que incluso llegaban hasta tapar al pobre pr?ncipe, era solo alrededor del ?rbol que ya os estaráis imaginando.
La reina confundida y muy nerviosa a la vez, con unas tijeras de podar cortaba dichos tallos, pero no serv?a de nada.
En otra visita de la reina, encontré ella una pared invisible que le impedía acercarse al pr?ncipe, el agua de la lluvia caña, y se formaba poco a poco una figura humana de una muchacha, el color que predominaba sobre su piel, sus cabellos, sus ojos y sus ropas era el azul con ligeros toques blancos. Ten?a el cabello recogido en una cola de caballo sujetada con un lazo azul, y el vestido era de tul y todo a tiras. Mientras se había estado formando dicha figura, se había estado escuchando al mismo tiempo una voz que decía lo siguiente:
- Ya estoy aquí, ya tengo mi cuerpo, ya no caigo a pedazos c**o antes, ya no tengo que estar viviendo en las nubes, ya puede salir de ellas y vivir mi propia vida con Quién yo más quiera, ya estoy aquí, ya he llegado y te voy a salvar.
La muchacha le sonri? al pr?ncipe y ante su sonrisa, las ramas del ?rbol se desplazaron y le liberaron. él avanz? un paso hacia la muchacha:
-¿Quién eres?
- Soy la princesa de la lluvia, he venido a rescatarte, y volverá contigo a tu palacio si tú me dejas que te acompa??.
El pr?ncipe asinti? con la cabeza sin salir todavía de su asombro.
Los dos se cogieron de la mano y salieron del bosque sin dejar de mirarse a los ojos mutuamente.
La pared invisible que impedía el paso de la reina desapareció, y dos brazos fornidos formados con nubes que bajaron del cielo, la empujaron hacia el ?rbol, en donde había pasado tanto y tanto tiempo prisionero el pr?ncipe, y allí entre sus ramas se quedé ella atrapada para el resto de sus días

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SIRENA64 - Jefa de cocina

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por SIRENA64 » 15 Ene 2007 22:33
Hace mucho tiempo vivi? una reina llamada Celeste, lo tenía todo en la vida, belleza, riqueza y un marido que la adoraba.
Pero todo se fue al traste cuando ella se quedo embarazada, los médicos le habían dicho que no iba a poder quedarse en estado nunca, pero finalmente tuvo la gran noticia y los reyes comprobaron que los médicos se habían equivocado. Al principio tanto el padre c**o la madre estaban muy contentos con el nacimiento del bebe, pero a medida que fueron pasando los meses Celeste comenz? a cambiar. Por las noches levitaba, las bombillas explotaban a su paso, el sol se negaba a salir en cuanto ella se asomaba por la ventana, todos los animales del reino le tenían miedo y ningún pastor quería que ella se acercara a sus rebaños.
Hasta el mismásimo rey comenz? a tenerle miedo a su esposa y la noche en que nació la pequeña, él expulso a su mujer y a su hija del reino.
En cuanto nació la hija, llamada Luz, la madre volvi? a la normalidad, ahora todo el poder lo tenia el bebe, Celeste muy asustada acudi? a una gitana pensando que su hija tenia un mal de ojo, pero ésta le revelo una profec?a que a ella le asusto incluso más.
- Tu hija no tiene nada malo, está completamente sana, pero ha nacido con poderes, sus poderes provienen de la luz de la luna, es una niña muy especial, enviada para hacer solo el bien, puede que ahora haga algún estropicio con sus poderes pero eso es porque todavía no sabe controlarlos cuando crezca será una bruja muy poderosa, solo tienes que tener paciencia con ella.
Celeste le pidió ayuda a la gitana, y se quedo en el carromato con ella y entre las dos cuidaron a la pequeña Luz.
La gitana trabajaba en la entrada de un circo ambulante, allí Celeste aprendi? a vivir entre gente humilde sin que nadie supiera que había sido reina, todos se encari?aron enseguida con la niña.
Celeste vivi? un romance con Iv?n, uno de los trapecistas, con él tuvo un segundo hijo var?n. él tambiénnació de noche, le pusieron de nombre Orfel y tambiéntenía poderes al igual que su hermana.
Una noche unas ratas muy extrañas se colaron en el circo y mataron a Iv?n, la gitana supo entonces que tanto Orfel c**o Luz habían sido enviados para eliminar a esas ratas. En realidad, a simple vista no tenían nada de raro pero sus ojos hipnotizaban y sus dientes hacían mas daño de lo normal.
A partir de ese accidente la gente del circo ya no tenia tanta confianza con Celeste, se alejaban de ella inconscientemente, el único que se acerco a ella para consolarla fue el mago del circo y con el tiempo, dio a luz a su tercera hija, quien tambiénnació de noche, la llamaron Quentina y al igual que sucedi? con Iv?n, al extraordinario Mimbo que era el nombre artústico del mago, tambiénlo atacaron las ratas y ésta vez, los compa?eros no se lo perdonaron y la echaron del circo.
Pero Celeste solo se fue con Orfel y su hija recién nacida Quentina, ya que Luz quedo atrapada en la jaula de los tigres.
Un paje de su antiguo reino que había estado enamorado de ella en secreto, la encontré y se la llevo a palacio sin decirle nada al rey, el paje se llamaba Reimigio y ese fue el nombre que Celeste le puso a su cuarto hijo, Quién tambiénnació de noche.
Reimigio fue atacado por las mismas ratas, pero sorprendente él se salvo, perdi? un brazo pero conserv? la vida.
Pasado un tiempo Celeste tuvo a su quinto hijo, nacido de noche igual que los anteriores, llamado Filtron y las ratas volvieron a atacar pero ésta vez atacaron a la madre consiguiendo acabar con su vida.
Reimigio perseguido por las ratas y malherido, llevo a los cuatro niños a ver a la gitana
del carromato, ella fue quien se quedo con ellos y Reimigio muri? en cuanto comprobé que los niños se encontraban a salvo.
La gente del circo se neg? a cuidar a esos cuatro niños, la gitana entonces les hizo una poci?n para quitarles los poderes temporalmente hasta que crecieran y ellos solos fueran capaces de vivir fuera del circo por su propia cuenta.
Cuando llego el momento Orfel, Quentina, Reimigio y Filtron abandonaron el circo y pronunciaron el hechizo con él que les fue devuelto cada uno de sus poderes.
En esta noche oscura, en que nos disponemos a otorgarte nuestra alma a cambio de poder, esperamos cumplir la promesa que les hicimos a los dioses de la oscuridad, la luna y las estrellas.
Aquí y ahora, en esta dimensi?n astral y en este planeta prometemos proteger a todos los inocentes y solo
usar nuestra magia en favor del bien.
De no ser así, damos plena libertad al supremo para
que nos retire hasta la última
gota de poder, sin piedad, compasi?n
ni miramientos.
Pero algo inesperado paso cuando los cuatro hermanos recibieron los poderes, se volvieron demasiado ambiciosos y cuando derrotaron a las ratas, viendo que nadie les podía detener, cada uno de ellos se separo para conseguir diferentes objetivos por su propia cuenta y dejaron de actuar en favor del bien.
Y entonces se hicieron la gran pregunta. El hechizo decía claramente que cuando su magia fuera mal usada se la arrebatar?an ¿Por qué la conservaban todavía entonces? Llegaron a la conclusi?n de que en realidad no eran cuatro hermanos sino que eran cinco y la quinta no estaba haciendo servir su magia para hacer el mal, por eso todavía conservaban los poderes, porque para perderlos, todos tenían que ser malvados.
Estaba claro que la otra hermana aun seguía viva, sino la alianza de los cinco para conservar los poderes no surgir?a efecto, pero ?D?nde estaráa la hermana perdida?
Los cuatro hermanos decidieron juntarse para hablar sobre su magia y su futuro. Quentina lanz? una estrella fugaz al cielo señalando el camino del lugar en donde se encontrar?an todos.
Y todos acudieron a la cita.
Orfel fue achicharrando p?jaros por el camino, solo por simple diversión.
Reimigio hizo entrar volcanes en erupci?n. Incluso hizo que montañas se desprendieran de sus cimas y se llenaran de lava chorreante.
Filtron con rayos de electricidad extra?dos de sus dedos, les iba cortando partes del cuerpo a todo aquel que encontrara en el camino.
Cuando los cuatro se juntaron hablaron sobre la visita del Supremo que todos ellos habían presenciado.
El Supremo se le había manifestado a cada uno en una forma distinta.
A Quentina le había visitado un muerto viviente exigi?ndole que volviera a utilizar sus poderes para el bien, sino se le seráan retirados de inmediato.
A Orfel le visito una manada de hormigas rojas parlantes, anunci?ndole de lo mismo.
A Reimigio se le presentú c**o una llama de fuego saltarina y parlante, no daba nada de miedo, más bien daba risa, pero el mensaje que le trajo fue aterrador.
Filtron se encontré cara a cara con alguien igual que él en aspecto, Quién le mando sucesivos rayos que esquiv? por suerte, mientras le relataba la profec?a.
Los cuatro hermanos no sabían que hacer, pensaron en encontrar a Luz, su hermana perdida y convencerla para que se volviera malvada c**o ellos, pero eso seráa la eterna perdici?n para los cinco, al menos uno de ellos tenía que ser bueno.
Pensaron tambiénen la posibilidad de que Luz les encontrara antes a ellos y les destruyera, o ayudara a la gente que ellos pretendían hacer daño. No podían dejarla por más tiempo libre.
Los cuatro hermanos se vieron rodeados por cuatro tigres, al luchar contra ellos observaron que eran muy fuertes, sus rayas brillaban en la oscuridad. Estaban acompañados por una chica, ella lanz? flechas al cielo y en él se escribió un mensaje con espuma dorada.
EL SUPREMO ME HA VISITADO EN FORMA DE UNA PALOMA BLANCA, S? QUE SOIS MIS HERMANOS, ARREPENTIROS Y COLABORAR EN HACER EL BIEN A LOS DEM?S O TODOS NOS QUEDAREMOS SIN MAGIA.
Por fin había pasado. Los cinco hermanos Luz de Luna volvían a estar juntos.
Quentina formo una especie de gran agujero negro que se trag? en un santiam?n las cuatro cabezas de los tigres.
Orfel se ri? al verlos decapitados.
Reimigio escupi? un líquido negro por la boca y ennegreci? el pelo de Luz, cuando el liquido empez? a desaparecer, le quemó parte de su piel arranc?ndole enormes mechones de pelo, y dejéndola con grandes cicatrices en la cabeza.
Filtron la miro desafiante a los ojos y le dijo:
-Vamos a aprovechar hasta el último segundo para usar nuestra magia contra el mal, que el Supremo nos la quite, no nos importa, pero antes tendremos el suficiente tiempo c**o para volver a todo el mundo loco.
Dicho esto dirigi? un rayo hacia el sol, que se transformo en luna, los tres hermanos se unieron tambiénlanzando ésta vez rayos a la luna recién aparecida, ésta comenz? a dar vueltas, volvi? a tomar la forma del sol igual que antes, pero Luz notú que algo había cambiado.
A partir de entonces personas y animales actuaban de una manera extraña, la luz de la luna había afectado a sus caracteres, y estaban c**o pose?dos.
El Supremo se apoderá del cuerpo de uno de los tigres de Luz, Quién la llevo volando por el espacio hasta llegar a un extraño planeta.
Ese planeta tenía ocho lunas llenas en el cielo, y otras tantas repartidas por toda su esfera terrestre.
El tigre hablé a Luz:
- Explota la luna original y sustitúyela por una de las que está aquí, elige la que más te guste, luego recoge los pedazos de la luna original explotada y haz que cada uno de esos pedazos se los coman la gente y los animales afectados por el hechizo de tus hermanos, y se curar?n al instante.
Luz hizo lo que le orden?, explotar la luna fue muy fácil sobretodo para ella, después con fuerza magn?tica atrajo cada uno de los pedazos de la luna hacia ella y éstos se pegaron en las rayas del tigre.
Una vez hecho esto se volvi? a subir sobre el tigre y volvieron a la Tierra.
Allí algunas personas ya se habían curado, pero otras permanec?an en un estado de locura continuo que cada vez iba a peor.
Luz lanz? un hechizo sobre el planeta para convertirlos a todos en estatuas de mírmol blanco, y después fue rápida c**o un rayo metióndoles en la boca un pedazo de la luna original.
Todos dejaron de ser estatuas y volvieron a actuar con normalidad.
Luz volvi? a donde estaban sus hermanos y el Supremo todavía en el cuerpo del tigre les dijo:
- ?Qué? ¿Qué vais a hacer ahora? Vosotros fuisteis creados y enviados a la Tierra única y exclusivamente para hacer el bien, yo os creí a todos y ni los cinco juntos sois ni por asomo más poderosos que yo, cualquier maldad que hag?is, la destruir? al instante, vosotros eleg?s, o viv?s sin magia, o os pasóis al lado del bien con vuestra hermana ¿Qué dec?s?
Filtron bajé de la montaña de donde se encontraban, con rayos de energ?a fulmin? a una anciana que paEl supremo todavía en el cuerpo del tigre hablo con Luz, y le dijo que sus hermanos eran demasiado listos y sabían perfectamente que él no podía quitarles la magia mientras Luz siguiera siendo buena. Otra alternativa era que Luz se muriera, seráa la única forma de que desapareciese el poder de los hermanos Luz de Luna ya que al parecer ninguno de los cuatro hermanos quería volver al lado del bien.
Luz tras mucho pensarlo decidi? que lo mejor para la humanidad seráa sacrificar su vida, y le rog? al supremo que la matar?. Pero él la convenci? para que reconsiderara la idea.
Luz sentía pena por sus hermanos que no eran capaces de querer a nadie, y quería por lo menos saber antes de morir y existía alguna posibilidad de que recapacitar?n. El supremo le anunci? la existencia del ave finix, con ella podría comprobar la limpieza de las almas de cada uno de sus hermanos.
El supremo abandon? en forma de una neblina blanca el cuerpo del tigre, y adquiri? mígicamente de la nada, el cuerpo de un ave finix.
El ave finix se coloc? sobre las cabezas de los cuatro hermanos, cuando se colocaba sobre alguien que tenía el alma sucia, perdía plumas, y si se colocaba sobre alguien con el alma limpia recuperaba todas las plumas perdidas.
El ave finix se pos? sobre la cabeza de Orfel y perdi? tres plumas.
Después se pos? sobre la cabeza de Reimigio y perdi? cinco plumas.
Luego se pos? en la cabeza de Filtr?n y se le cayeron siete plumas.
Y finalmente, sobre la cabeza de Quentina le crecieron quince plumas.
Así fue c**o Luz descubri? contenta que Quentina todavía ser buena y ayudar a la gente, el ave finix se introdujo a la fuerza en la boca de ella y quemó toda la maldad que había en su corazón, saliendo y entrando en tres ocasiones de la boca, con tres piedras negras en el pico. Con una sacudida de sus alas destruy? esas piedras negras y en cuanto Luz la llam? y le dijo que se uniera a ella, Quentina sin un pedazo de maldad en su corazón abandon? a sus tres hermanos.
Luz le pidió a su hermana que la matar?, ella no quería hacerlo pero no existía otra soluci?n, así que Luz ardi? entre llamas verdes y violetas.
Al hacer una acci?n mala Quentina, c**o era matar a su hermana, eso daba facilidades al supremo para que aunque ella ahora tuviera el alma limpia, pudiera quitarles los poderes igualmente. Así se quedo la situaci?n, Luz muerta y Reimigio, Orfel, Quentina y Filtr?n sin magia. Pero Quentina llor? ante el cad?ver de su hermana, y el supremo se compadeci? de ella y les contó una mentira a los otros tres hermanos:
-No debería contaros esto, pero hay una forma de que volvíis a recuperar la magia y la utilic?is c**o vosotros queréis tanto para el bien c**o para el mal, solo tenéis que ir a la montaña de dos ojos, se llama así porque en su cima tiene dos agujeros enormes. Para recuperar la magia solo tenéis que tiraros por uno de esos dos agujeros. En el descenso ir?is recuperando los poderes y cuando os encontréis en el fondo podéis salir utilizando la magia.
- ¿Cómo sabemos que no nos enga? así-preguntó Filtr?n.
- Os estoy dando una oportunidad para que volvíis a tener poderes c**o marca vuestra naturaleza, y se?is vosotros mismos sin ninguna obligaci?n que elij?is el lado del bien, de todas maneras, no os queda otra opción o es eso o os quedéis sin magia.
-¿Y dónde está esa montaña?-preguntó Orfel.
-Seguirme.
El ave finix vol? en el cielo y dejé una línea de fuego que marcaba el camino.
Al llegar a la montaña se tiraron sin pensárselo, pero aquellos agujeros no tenían fondo y allí se quedaron, permanentemente viviendo en una caída sin final.
Después el supremo resucitú a Luz y les devolvi? la magia a las dos hermanas seguro de que en un futuro no tendría que verse obligado a quitúrsela.
Se march? volando y les aconsej? a Quentina y a Luz que siempre, siempre utilizaran la bondad por encima de todo.

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Tori21 - Subjefa/e de cocina

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por Tori21 » 15 Ene 2007 23:16
NO SE QUE ME HA GUSTADO MAS
EL DE LAS MONEDAS, ES PRECIOSO,
EL DE QUENTINA Y LUZ UN POCO LARGO.
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Tori21 el 06 Jun 2007 01:19, editado 1 vez en total.
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SIRENA64 - Jefa de cocina

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por SIRENA64 » 16 Ene 2007 13:42
Tori21 escribió:NO SE QUE ME HA GUSTADO MAS SI EL DIBUJITO O LOS CUENTOS
EL DE LAS MONEDAS, ES PRECIOSO,
EL DE QUENTINA Y LUZ UN POCO LARGO.
UN BESITO MAR?A,ERES LO MAS BONITO DE ANDALUC?A.

de ada amigo tori eso mismo dice mi marido jijijij

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SIRENA64 - Jefa de cocina

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por SIRENA64 » 16 Ene 2007 13:50
Cantarina, era la gota de lluvia más alegre y inquieta que jamás existi?.
Estaba en una nube tan gorda que parec?a que en cualquier momento podía explotar.
Pero Cantarina, lógicamente, no estaba sola. Millones de gotas se encontraban junto a ella esperando pacientemente el instante de caer hacia la Tierra.
Pacientemente las demás, porque Cantarina corr?a de un lado al otro de la nube saltando y cantando siempre la misma canci?n:

Uno, dos y tres
que llueva, que llueva,
yo quiero ir a la Tierra
lo antes que pueda.
Tormenta, tormenta,
soltúte de una vez;
yo quiero ir a la Tierra
uno, dos y tres.
-?Call?te de una vez!- le decían algunas gotas que pretendían apretaditas unas contra otras, dormir un rato.
- Si querés correr, ¿no lo hagas aquí!- le gritaban otras gotas que habían empezado c**o diez veces el mismo tatetú.
- Es que no puedo, me aburro- exclamaba Cantarina- quiero llegar hasta allí abajo. Ustedes...ustedes son unas aburridas-. Se acostó panza abajo y continu? mirando hacia la Tierra.- ?Yo veo tantas cosas! Allí hay casas, ?rboles, chicos por todos lados, plazas... eso, eso ?all? quiero estar! ¿en una plaza!
-?Basta ya!- gritaron todas, y luego trataron de explicarle-. Ninguna de nosotras sabe dónde caer?. Todos los lugares son lindos y en todos hacemos falta.
-Pero las plazas... son tan hermosas...- dijo Cantarina, y sigui? panza abajo suspirando.
Luego de un rato de silencio, imposible de creer, se levantú de un salto y gritú:
- ?Miren! ?La gente anda con paraguas! ?Creo que es el momento de bajar! ?Prep?rense!
Todas las gotas miraron para abajo y de inmediato, usando la poca paciencia que les quedaba, le aclararon:
- ¿No son paraguas! ?Son sombrillas! ¿No te das cuenta de que es un día de mucho calor? Mira cómo está el sol, más fuerte que nunca. ?Call?te, Cantarina, esta espera a tu lado se está haciendo in-so-por-ta-ble!
Cantarina mir? al sol y sinti? muchas ganas de sacarle la lengua, pero no lo hizo porque sabía que ese es un gesto muy feo. Entonces, muy enojada se quedé quieta en un rincón, para ver si lograba dormir un ratito: pero claro, con un ojo abierto, por las dudas...
Pasaron algunas horas. Todo era silencio y quietud en el cielo...
Hasta que de pronto... El viento empez? a soplar apurad?simo y los truenos se escuchaban cada vez más fuerte
Cantarina abrió el otro ojo. Vio y escuch? todo eso. Quiso gritar pero no pudo... ?Ahora s?, había llegado el momento tan esperado!
La emoción invadi? su cuerpo. Observ? que todas las gotas ya estaban preparadas para el viaje.
Una por una, gui??ndole un ojo, le gritaron:
-?Adi?s, Cantarina! ?Suerte! ¿Nos vemos abajo!
La nube se desgran? en fresca lluvia.
Las gotas cañan rectas, serias, elegantúsimas.
En cambio, Cantarina bajaba dando saltos y vueltas carnero, mientras intentaba convencer al viento para que la llevara hasta una plaza y allí la dejara caer.
Y por supuesto, lo convenci?.
El viento la tomó de la mano y la dejé suavemente sobre el tobog?n más alto.
Las otras gotas cañan para cumplir diferentes tareas: regaban jardines y quintas; algunas baldeaban los patios de las casas y de las escuelas; otras formaban charquitos especiales para sapos y ranas, y las más románticas zapateaban sobre los techos regalando bellas melodías.
Allí en la plaza, y sin perder un segundo, Cantarina comenz? a hacer realidad su sueño...
Se desliz? por el tobog?n. Corri? por el sube y baja de una punta a la otra. Recorri? toda la calesita y jug? en el trepador
La hamacas le encantaron, pero no quiso hamacarse muy alto por miedo a que, en una de esas, el viento la llevara nuevamente al cielo.
Cantarina estaba inmensamente contenta.
Nunca se fue de la plaza. En el hueco de un ?rbol construy? una pequeña casita con hojas secas. Desde allí espiaba a los chicos que en los días soleados llenaban con sus risas cada rincón de la plaza. Cuando salía a jugar por las noches, repetía todo lo que había visto durante el día.
La luna la vigilaba. Las estrellas le tiraban besos para saludarla.
Durante el día, cuando Cantarina se asomaba por la ventana de su casita, el sol le sonre?a, a pesar de que ella un día, muy enojada, casi casi le saca la lengua.
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SIRENA64 - Jefa de cocina

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por SIRENA64 » 16 Ene 2007 13:52
A la tienda del señor Suf? llegó una mujer profundamente religiosa, estaba muy preocupada por el significado de las escrituras, quería llevar una vida dedicada a sus seres queridos.
Con voz temblorosa y lágrimas en los ojos dijo:
- Suf?, dime cómo lograr que todos mis seres queridos están felices.
Y agreg?:
- Esto es lo que más anhelo en mi vida, cuando lo logre, podrá dedicarme a mí y estar en paz.
El Suf? la escuch? en silencio y luego le dijo:
- Si?ntate que te contaré una historia.
El Suf? comenz? su relato:
- En el mundo de las cosas, viv?a allí hace mucho tiempo y allí a los lejos, una copa llamada Quierememucho. Era una copa muy buena y un día organiz? una fiesta. Estaban invitadas todas las copas de la comarca. A la fiesta llegaron todas. Entre ellas estaban sus amigas más queridas: Copafeliz, Coparrota y Dadavuelta.
Dadavuelta era, según la opinión de todas, directamente un ser negativo. Era c**o si todo lo viese al rev?s. Nada le parec?a bien. Es más, afirmaba que el mundo estaba "dado vuelta". Ella, si bien era consciente que no lo podía enderezar sola, estaba dispuesta a protestar durante toda la vida, si hiciera falta. De este modo, finalmente el mundo entraréa en razones. Pero, a pesar de todo, Quierememucho la había invitado. En el fondo era una más de la familia.
Al llegar el momento del brindis, Quierememucho tomó una botella de champa?a y la descorch? alegremente. Todas las copas se acercaron y ella comenz? a llenarlas. Comenz? por aquellas copas que crey? que necesitaban estar más alegres. Primero con Coparrota. Pero por más que Quierememucho se esforzaba por llenarla, el líquido no podía contenerse. Este se escapaba por el agujero y se desparramaba sobre la mesa. Intentú luego con Dadavuelta. Pero ésta, c**o siempre, estaba muy sanita y con las patas para arriba. Era c**o si no quisiera recibir la champa?a. Por supuesto todo intento de llenar a Coparrota y a Dadavuelta resultú in?til. Cuando Quierememucho se dio cuenta ya era tarde: no quedaba champa?a para llenar las otras copas, ni pensar siquiera en llenar la suya.
Quierememucho era tan buena y considerada que tomó otra botella e hizo lo mismo, volvi? a tratar de llenar de champa?a a Coparrota y a Dadavuelta. El resultado fue el mismo, no le quedé ni una sola gota para las demás. Volvi? a buscar otra botella y se dio cuenta de que ésta era la única que le quedaba para brindar.
Un enorme desaf?o se le planteaba: ¿cómo hacer para llenar todas las copas con la única botella que le quedaba para esa fiesta?. Mañana podría conseguir más champa?a, pero hoy ya no, era imposible. Tendr?a que arreglarse de algún modo con su única botella.
Mientras pensaba y pensaba, muchas ideas se le cruzaban por la mente. Algunas, c**o la siguiente, las descartú por considerarlas totalmente ego?stas: "quizás yo debo tomar el líquido, pues en definitiva no es culpa mía que la copa de los demás está rota o dada vuelta".
Quiso cambiar de pensamiento y se encontré con otro que la angusti?: "quizás yo no me merezco tener la copa llena".
Finalmente el rostro de Quierememucho se ilumin?: la soluci?n le apareció claramente en su mente. Hab?a tenido una idea feliz. Tom? la botella de champa?a, se paré sobre una silla alta y le pidió a todas las presentes que la rodearan formando un c?rculo. Ahí estaban a su lado todos sus seres queridos: Copafeliz, Coparrota y Dadavuelta.
Quierememucho estaba all?, arriba de la silla, parada bien alta y a su alrededor todas sus amigas. Entonces descorch? la botella y comenz? a llenar su copa. Por supuesto enseguida se completú y comenz? a desbordarse. Nunca se había sentido tan feliz mientras seguía derramando el contenido de la botella sobre su copa y el líquido continuaba desbordando por sus costados. éste caña naturalmente sobre sus amigas que estaban debajo.
Quierememucho ya no necesitaba hacer ningún esfuerzo ni sacrificio para darle el líquido a las demás, éste fluña naturalmente hacia los otros.
Coparrota recibió el líquido y no pudo contenerlo, sele escapaba por el agujero de su base. Dadavuelta enojada c**o siempre, sinti? el líquido que la hacía cosquillas a su alrededor pero no permiti? que ni una gota entrara en su interior; en cambio, Copafeliz lo recib?a con alegría y su copa se llen? rápidamente, desbordando a su vez.
El objetivo se había cumplido. Quierememucho estaba desbordando de alegría, lo mismo que Copafeliz. Coparrota ya sin líquido, empezaba a preguntarse si la vida necesariamente tendría que ser así: "no poder retener los momentos felices". Dadavuelta seguía tan cascarrabias c**o siempre, ¿pero era tan querible!. Alg?n día cambiará y se permitir? llenar su copa.
El Suf?, una vez terminado el cuento, guard? silencio por unos minutos y luego tomó a la mujer de las manos, la mir? firmemente a los ojos y le dijo:
- Hija mía, busca entender el significado de las escrituras. Ellas dicen que quieras a los demás c**o a ti mismo, no primero a ti, ni tampoco primero a los demás.
Y agreg?:
- Si quieres la felicidad de los demás, primero busca la felicidad dentro de ti.
Luego el Suf? la acompa?? hasta la puerta y le dijo:
- Hija, ve en paz y ll?nate de amor y cuidados, luego, naturalmente desbordarés sobre los otros ese amor y cuidado.
La mujer salió, mir? el sol de frente y sinti? sus cálidos rayos en la piel.
Dej? que los perfumes de las flores del lugar se impregnaran en su cuerpo, y tomó consciencia de que llegaba la primavera. Luego con un andar tranquilo se perdi? en el horizonte. Iba con su corazón en paz.

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