Pues alla voy yo, me acerco al mostrador muy dispuesta a dar los buenos días, buenos días que se quedan congelados en mi boca, al comprobar que la señorita estaba atendiendo el telefono, por educación me quedo calladita, la señorita en cuestión no me mira, sigue con su conversaci?n acaba, sin mirarme se levanta y se pone a rebuscar en un archivo.
En esto llega su compa?era de desayunar(a las 12 de la mañana, me parece estupendo)vuelvo a sonreir y me dispongo a dar los buenos días, no me contesta nadie, la recien llegada se sienta con gesto de fastidio en su silla(será que es incómoda), no repara en mi y sin más, ociosamente se desenvuelve un caramelo y se lo mete en la boca, acto seguido, cuando ya iluisa de mi creo que me va a atender, se pone a hablar con la que ya a rebuscado el archivo entero...

Sin buenos dias ya ni leche, temerosa y pesarosa por molestar con mis tonterias a estas amables señoritas les digo:
-Me podeis dar un bote para la orina??
La del caramelo me mira sorprendida un momento, milagro ya no soy invisible, se levanta y sin dirigirme la palabra me pone el anhelado bote en el mostrador, lo agarro y salgo de alli con tan preciado tesoro en las manos y feliz de no ser invisible nada más que a ratitos.