Para quitar un poco de hierro a la cosa, te voy a contar algo: yo tengo tres hijas. La mayor una estudiante magnífica, con dos carreras, una de ellas ingeniera industrial, y que se pasaba las noches estudiando en su cuarto.
La segunda, pues normal, unas veces mejor y otras peor, pero tambiénsacá su carrera.
Y la tercera.................la tercera me salió con cáscara, c**o dicen por mi tierra. No quería estudiar, y sólo hacía que divertirse. Ten?a su panda en Chueca, y fomentaba amistades de reconocido prestigio entonces, c**o La Veneno y otras joyas del ramo.
Los días que tenia examen, era los que más dormía, porque total, c**o iba a suspender, pa qué se iba a levantar a estudiar.
Una vez , me trajo las notas y había suspendido tres, por lo que me fuí a hablar con los profesores. Qued? c**o una madre gil?, porque resulta que las notas las había falsificado y en lugar de tres eran seis. Y así, todo el tiempo.
A trancas y barrancas conseguimos aprobar el BUP, que yo digo que lo aprobamos entre todos, porque eso fue un trabajo más difícil y largo que la muralla china.
Con los años, me enteré que aprobé el BUP gracias a una trampa que le hizo a un profesor nuevo. Los otros ya la conocían y no podía enga?arlos, pero le cambiaron el de matem?ticas, que era lo que peor se le daba, y sacá al final de curso 0'50 de nota ( o sea, no se había enterado de nada) y la llam? el profe para recriminarle el que no había trabajado, y le contó la siguiente milonga: entre suspiros, le dijo que es que no podía estudiar porque se había tenido que poner a trabajar, ya que su padre estaba en paro y se necesitaba el dinero, y claro, pues no le quedaba tiempo para estudiar. Que no podría seguir estudiando por eso y que si suspendía tampoco iba a poder acceder a trabajos en los que le pidieran el tútulo. Total, que el incauto pic? y le aprobé.
Mi marido nunca estuvo en el paro, a Dios gracias, y ella empez? a trabajar ya bastante mayorcita.
A los quince años quería ser guardia civil, al mes, esteticista, y c**o mi marido llevaba los reconocimientos médicos de los barrenderos de Madrid, le dijo que la iba a poner con un carro a barrer en la Puerta del Sol. Bueno, pues lo único que se le ocurrió fue preguntar por el color del uniforme, y era cuando los llevaban naranja, y entonces arm? la de San Quintún diciendo que el naranja no le favorec?a.
En esas, en la Comunidad de Madrid se acuerda dar el grado de familia numerosa a los que tenían tres hijos, y me vino de maravilla, porque la matrúcula de la universidad de la otra me salía gratis. Pues me la fastidi? porque se puso a rellenar pepinillos con boquerones en vinagre, que le daban dos duros, y yo tuve que pagar la matrúcula. Eso s?, no los ha vuelto a probar, porque no quitúbamos con nada, el olor que había en la casa a vinagre.
Con el tiempo, todo se cuenta c**o an?cdotas, aunque en ese momento todo lo vieramos muy oscuro.
Y si Dios quiere, a tú te pasar? lo mismo
