M?todo Estivill: tambi?n para aprender a comer:
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?Algui?n ha aplicado el mítodo y es efectivo?
?Algui?n tiene el libro en *.pdf?
He leído un poco sobre él en internet y "parece" que va bien. Lo desconozco, porque sí que este mítodo para dormir por algunos ha sido bien recibido y por otros criticado por ver sufrir al niño por llorar.
Yo tengo un hijo que come poco y le gustan muy pocas cosas, muchos días se queda sin comer en la guarder?a.
Os paso un res?men que he visto en la revista Aquímam?.
Muchas gracias por vuestra ayuda y espero que todo esto que os pongo no sea un rollo.
M?todo Estivill: tambiénpara aprender a comer
Consigue que tu hijo coma bien y de todo con el M?todo Estivill.
Un artúculo del Dr. Estivill y de Montserrat Dom?nech, psic?loga y pedagoga, presidenta de la Fundaci?n ?Projecte Aura? y co-autora del libro "?A COMER!", junto con el Dr. Eduard Estivill.
El mítodo
Este mítodo puede utilizarse en cualquier edad del niño a partir de los seis meses, es decir, desde que empieza a tomar sus primeras papillas. Aquí os presentar? un caso práctico donde describir? las pautas para lograr que el niño interiorice un h?bito correcto de comer en, aproximadamente, una o dos semanas. Podemos empezar a aplicarlo en cualquier momento del día, pero aquí lo he iniciado en la comida.
Primer día, la comida
? Lleg? la hora de comer y nuestra misi?n, que justo empezamos hoy, es que Juan, que tiene dos añitos, se inicie correctamente en el h?bito de comer. Lo primero que hacemos es sentarlo en su sillita. Frente a él tiene ya preparado el plato con la comida. Siguiendo las instrucciones del pediatra, papá, mam? o la persona que lo cuida han decidido qué van a darle para comer. Y recordad: no importa Quién está acompa??ndolo durante la comida y enseñéndole a comer, siempre y cuando todos lo hagan de la misma manera. Ya mientras va sentúndole en la sillita, el ?conductor? le explica a Juan qué es lo que tiene preparado para comer y le anuncia lo bueno que esté. Por ejemplo, hoy mam? le ha hecho un exquisito plato con algunas verduras cortadas a trocitos, media pechuga de pollo y una monta?ita de arroz. Todo esto cabe en un plato pequeño y será suficiente para calmar su hambre. No es necesario ponerle grandes cantidades. Si os fij?is en la barriguita de Juan, os podráis imaginar el tamaño de su estémago. Es una buena guña para tener idea de la cantidad de alimento que puede ingerir.
? Cuando ya tenemos a Juan sentado en su sillita, nos colocamos a su lado para ayudarle a comer todo lo que le hemos preparado. Ahora es cuando pueden pasar dos cosas: que Juan se lo coma todo sin ningún problema (con lo cual, los padres de Juan ya podrían regalar este libro a otros padres a quienes pudiera serles más ?til) o puede que, de entrada, rechace el alimento. Bien, pong?monos en la peor de las dos situaciones: el niño rechaza la comida. ¿Qué hacemos? En cierto modo, en cuanto nos sentamos al lado de un niño para acompañarle mientras come, debemos hacernos a la idea de que, a partir de ese momento, nos hemos vuelto sordos y ciegos. Sin abandonar nuestra actitud serena, suave y llena de afecto, llenamos el tenedor o la cuchara y le ayudamos a que lo introduzca bien en la boca.
? Si el niño rechaza la comida de nuevo, volvemos a intentarlo de nuevo, y sin alarmarnos ni ponernos tensos. Nuestras maneras dulces de reconducir la operaci?n le están diciendo al pequeño que no ha pasado nada, que vamos a probar de nuevo y que todos seguimos tan contentos. Mantendremos esta actitud durante 3 minutos, aunque el niño escupa y rechace la comida. Y en ningún momento, perderemos la calma. Pasados los 3 minutos, le retiramos el plato c**o si hubiera comido perfectamente? aunque no haya probado bocado. Y acto seguido, le limpiamos la boca con el babero, lo sacamos de su sillita y nos comportamos c**o si realmente la hora de la comida hubiera terminado.
? Durante los próximos 3 minutos nos concentramos en otros quehaceres. Insisto: es importantísimo que mantengamos la compostura, c**o si nada hubiera pasado, c**o si realmente el niño se hubiera terminado todo el plato. Estos 3 minutos nos servir?n para que el niño se ?olvide? de la comida y se distraiga. Después de esos 3 minutos de ?olvido?, reanudamos el ritual de la comida. Seguimos fingiendo que antes no ha pasado nada. Nuestra actitud es alegre y positiva, sin hacer caso de la actitud previa del niño y, aún más, de lo que pueda él estar deduciendo ahora acerca de nuestro reintento. Procedemos a repetir los mismos actos. Es decir, le ayudamos a sentarse en la sillita, le colocamos el babero, le ponemos delante el plato y acompañamos ese viaje del tenedor o la cuchara desde el plato hasta su boca. Transmitiendo seguridad siempre y en todo momento. Y calma, y paciencia.
? Recordad: nosotros somos los buenos maestros yél, el alumno que está aprendiendo a comer. Esta vez dedicaremos 4 minutos a nuestro empe?o. Por supuesto, podemos toparnos con dos posibilidades. Una, que empiece a comer bien, con lo cual se da por finalizado esta práctica hasta la siguiente comida. No importa que sobrepase el tiempo que teníamos previsto, lo que cuenta es que ya está comiendo con regularidad. Pero tambiénpuede ocurrir que siga neg?ndose a comer o que abra la boca, s?, pero a regañadientes y sin apenas tragar alimentos. Si es éste el caso, seguiremos intentando ayudarle a comer durante 4 minutos. Y siempre sin perder la sonrisa ni la serenidad. Pasados los 4 minutos, le retiramos el plato y le sacamos de su sillita c**o si hubiera comido bien, y nosotros nos ponemos a hacer otras cosas durante los próximos 4 minutos. ?c**o si no hubiera pasado nada! Y, transcurridos esos 4 minutos de ?olvido?, reanudamos toda la operaci?n desde el principio, una vez más y c**o si fuera la primera. Sí, volvemos a poner el plato en la mesa, le sentamos de nuevo en su sillita y, mientras le colocamos el babero, le decimos ?Vamos a comer esto que está tan rico?. Y empezamos a ayudarle con el tenedor o la cuchara. En este tercer intento mantendremos la acci?n durante 5 minutos. Nuestra actitud seguir? siendo tranquila, sonriente y positiva, aunque por dentro nos está corroyendo el malestar y estemos hartos y deseosos de que el niño empiece a comer, que interiorice por sí solo lo que queremos que haga.
? Es importante que el niño no perciba estas emociones negativas nuestras en ningún momento del proceso de aprendizaje. Si se da cuenta de que su rechazo a la comida llama nuestra atenci?n, nos preocupa o provoca en nosotros un cambio de actitud, ?estamos perdidos! Por eso, pase lo que pase, en ningún momento debemos perder esa actitud de confianza y seguridad en lo que estamos haciendo. Cuando hayan pasado 5 minutos, se da por finalizada la comida. No importa la cantidad que haya comido el niño. Ya no habrá más intentos y tendré que esperar hasta la siguiente hora, que será su merienda. Si de verdad no ha comido nada, no tenemos que preocuparnos. El cuerpo está preparado para resistir largos ayunos, y recordad que un niño pasa once o doce horas sin comer durante la noche ?y no ocurre nada! Hay mucho tiempo por delante hasta que se le agoten los recursos energ?ticos, y seguro que vuestro hijo no llegará jamás a ese extremo.
? Si segu?s estas directrices al pie de la letra, en una semana el asunto está resuelto. Eso s?: hasta la hora de la merienda no podremos darle nada de comer, aunque él lo pida desesperadamente. Tenemos que armarnos de paciencia para poder transmitúrsela tambiénal pequeño, pues? ?hasta la hora de la merienda, nada!
Primer día, la merienda
Sobre las 4 de la tarde, llega la hora de merendar. Vuelta a empezar con el ritual. Mam? ha preparado esta vez a Juan unos trocitos de fruta, por ejemplo pera, y dos galletas.
? En el mismo lugar donde antes le dio la comida, mam? sienta a Juan en su sillita, le pone delante el plato y, mientras le coloca el babero, le explica qué va a merendar y lo buenísimo que esté. Y durante los próximos 3 minutos intenta darle la merienda, con tranquilidad. ¿Qué puede ocurrir esta vez? Que durante los 3 minutos siguientes el niño coma y, pasado ese tiempo o un poquito más, haya dado cuenta de su merienda. Se da por finalizada y ahora habrá que esperar hasta la cena para comprobar si ha asimilado la pauta y la sigue practicando.
? Si por el contrario, transcurridos esos 3 minutos, no ha tragado nada o casi nada, le retiramos el plato, lo sacamos de su sillita y nosotros, durante otros 3 minutos, nos dedicaremos a cualquier otra cosa, sin prestar atenci?n al niño. c**o si realmente hubiera merendado. Pasados los 3 minutos, iniciamos de nuevo el proceso. Insisto: con maneras suaves, c**o si no hubiera ocurrido nada antes. Sentamos al niño en su sillita, le colocamos el babero, le explicamos qué es lo que tiene delante en el plato. Esta vez, dedicaremos 4 minutos a intentar que se ¿enganche? al h?bito de abrir la boca y tragar cada vez que le acercamos la cuchara llena. Si vemos que se comporta bien, seguiremos díndole de merendar hasta que se lo termine. Si no es así y sigue resisti?ndose a tragar cucharada, pues? pasados los 4 minutos recogeremos los trastos, bajaremos al niño de la sillita y nos dedicaremos a otra cosa. Y todo esto, sin perder los nervios. Ahora esperaremos 4 minutos antes de volver a comenzar con el ritual.
? Cuando hayan pasado, por tercera y última vez reanudaremos el intento. Siempre con calma y utilizando todos los objetos que queremos que asocie al acto de comer: el niño se sentar? en su sillita, llevar? el babero y delante de él tendré su platito, su cuchara y su vaso. Durante los próximos 5 minutos acercaremos la cuchara con la comida hasta su boca y veremos cómo reacciona. Puede que ahora empiece a comer bien y si, cuando ha pasado el tiempo, aún le queda comida, esperaremos a que se la termine. Pero si no ha querido comer, damos por finalizada la merienda. Hasta la hora de la cena no intentaremos volver a poner en práctica el mítodo. Nuevamente, es muy importante que en las cuatro horas que faltan para que llegue la cena no se dí nada de comida al niño, aunque monte una pataleta. En cambio, sí que se le daré agua si tiene sed.
Primer día, la cena
Esta noche Juan tambiéntiene preparada una cena exquisita. En su plato puede ver un puré de patata y zanahoria, acompañado de una rodaja de merluza cortada a trocitos. Todo cabe de sobras en un plato pequeño. Es todo lo que el organismo de Juan necesita. Esta vez es papá quien le acompaña en la hora de la cena. Y él tambiénseguir? los mismos pasos que marca el mítodo.
? En primer lugar, coloca todos los objetos que van asociados al inicio del ritual. Pone el plato, el vaso y los cubiertos en la mesa del lugar donde se ha decidido que Juan coma siempre, luego le sienta en su sillita y, mientras le coloca el babero, le explica lo que esta noche le toca para cenar. Cuando la primera cucharada de comida empieza su recorrido hacia la boca del niño, empezamos a contar nuestros 3 primeros minutos. Si empieza a tragar sin muchas dificultades, seguiremos díndole de comer hasta que se termine el plato. Tanto da que hayamos superado el tiempo establecido. Pero si empieza a rechazar la comida, cuando hayan pasado 3 minutos le retiraremos el plato, le quitaremos el babero, lo bajaremos de la sillita y nosotros, durante los próximos 3 minutos, nos dedicaremos a otras tareas.
? c**o ya sabemos, actuaremos sin perder la paciencia con el niño, con una actitud segura, la que tendríamos si se hubiera comido toda la cena. Estos 3 minutos serán el per?odo de ?olvido? que nos permitir? que el niño se distraiga y se prepare para volver a empezar. Pasado este tiempo, reiniciamos el proceso. Ya sabemos: sillita, babero y plato delante del pequeño. Volviendo a explicarle qué va a comer e insisti?ndole en lo que le va a gustar. Insistiremos durante los próximos 4 minutos. Si el niño empieza a comer, seguiremos díndole la cena cuando haya pasado este rato. Y si persiste en rechazar el alimento, volvemos a hacer una pausa. Esta vez de 4 minutos. Pasados los 4 minutos de ?olvido?, durante los cuales nosotros habremos estado haciendo nuestras cosas y comportúndonos c**o si nada hubiera pasado, iniciamos nuestro tercer y último intento. Actuamos c**o si fuera la primera vez que lo sentamos a cenar. Volvemos a repetir todos los pasos y le comentamos lo rica que está la comida. Esta vez dedicaremos 5 minutos a probar que coma. Si transcurrido ese tiempo se resiste a abrir la boca y no acepta apenas ninguna cucharada, empieza a llorar y quejarse, le retiraremos el babero, lo bajaremos de la silla ya ?hasta mañana! No volveremos a intentar darle de comer hasta el desayuno del día siguiente.
A dos velas
Es muy probable que el primer día que ponemos en práctica nuestro mítodo el niño apenas coma o coma muy poco. No ha de preocuparnos en absoluto. Los niños tienen una capacidad enorme de ganar y perder peso, y corresponde al pediatra controlar las variaciones del mismo, por lo general con intervalos de quince a treinta días. La variaci?n de peso que pueda producirse en un día no tiene ninguna importancia. Está comprobado que, siguiendo este mítodo, nunca un niño ha perdido peso de forma patológica. Así que es importante no obsesionarnos con este tema y, personalmente, desaconsejo el uso de b?sculas caseras, que sólo sirven para sobresaltarnos.
? Hay que confiar en el pediatra, y sólo él debe controlar el peso del pequeño. c**o hemos visto, el aprendizaje del h?bito de comer dura entre 25 y30 minutos por comida. Este tiempo ir? reduci?ndose a medida que el niño vaya aprendiendo a comer bien. Recordad que el niño, una vez confirmada la total ausencia de patolog?as mídicas o psicológicas, está preparado para asimilar cualquier tipo de alimento. Sólo hace falta paciencia y dedicación para lograr que aprenda a aceptar los diferentes gustos que le iremos proponiendo. Los suplementos de leche o zumos hay que suministrarlos durante las comidas y no entre éstas. Es muy probable que, la primera noche después de haber empezado a aplicar este mítodo, el niño reclame comida. Es muy importante no darle nada bajo ningún concepto. Sólo agua si tiene sed. Esperaremos a la mañana siguiente, al desayuno, donde volveremos a poner en práctica todo lo que ya sabemos.
Segundo día, el desayuno
Esta mañana, a Juan le han preparado un bol de leche con cereales. ?se es su desayuno, al que le aplicaremos la misma rutina de las otras comidas. Es decir, poner el bol en la mesa, sentarle en la sillita y, mientras le colocamos el babero, explicarle qué va a desayunar e insistirle en lo que va a gustarle. A partir de la primera cucharada, comenzamos a contar minutos.
Ya sabemos las etapas:
? Primer intento: 3 minutos.
? Primer per?odo de olvido: 3 minutos.
? Segundo intento: 4 minutos.
? Segundo per?odo de olvido: 4 minutos.
? Tercer intento: 5 minutos.
Si el niño está comiendo de una manera normal, seguiremos díndole el desayuno aunque hayan pasado los minutos estipulados hasta que se lo termine. Pero si el niño rechaza la comida, después de cada intento lo recogemos todo, bajamos al niño de su sillita y fingimos que aquí no ha pasado nada. Actuamos c**o si hubiera devorado su desayuno. Cuando hayan transcurrido los 5 minutos del tercer intento, lo recogemos todo y esperaremos hasta la hora del almuerzo.
Todos los días y en todas las comidas repetiremos la misma rutina, hasta que la asimile. No podemos bajar la guardia. Tal vez el primer día no tengamos complicaciones, pero sí el segundo o el tercero. El ritual con los objetos asociados y nuestra actitud positiva deben repetirse siempre, una y otra vez, hasta asegurar que el h?bito está bien instaurado.
Recomendaciones previas antes de aplicar el mítodo:
? Fijar un lugar, siempre el mismo, para que el niño coma.
? Que sea un ambiente sereno donde pueda concentrarse en la tarea que tiene por delante: comer.
? Conviene que sea sólo una persona la que dirija y acompa?e la comida del niño.
? La estimulaci?n positiva (antes, durante y al final de la comida) es b?sica para afianzar el aprendizaje en el pequeño.
? Se seguir?n los pasos en las cuatro comidas: desayuno, comida, merienda y cena.
El mítodo:
? Se disponen los objetos asociados (sillita, babero, vaso, plato y cubierto) en el lugar en que se ha decidido que comeré el niño.
? Se retirarén cada vez que hagamos la pausa y se volverán a poner cuando reanudemos el siguiente intento.
? Se hace un primer intento de que coma durante 3 minutos.
? Si rechaza la comida, se para el proceso y se recoge todo.
? Durante los 3 próximos minutos, nos dedicamos a hacer otras cosas.
? Empieza el segundo intento, que durar? ahora 4 minutos. Se procede con todo el ritual de nuevo. Si, transcurrido el tiempo previsto, el niño sigue sin comer bien, se para el proceso y se vuelve a recoger todo.
? Durante los 4 próximos minutos, nos dedicamos a hacer otras cosas.
? Empieza el tercer intento, que durar? 5 minutos. Es el último. Si aún se resiste a comer, pasado el tiempo prescrito, se para el proceso y se recoge todo. Hasta la próxima comida.
? Si en cualquiera de los intentos el niño empieza a comer con regularidad, seguiremos díndole la comida aunque sobrepasemos el tiempo previsto. ¿Se trata de que aprenda a comer, no a comer rápido!
? No nos alarmemos si el niño no come apenas las primeras veces. Tampoco si pierde peso al principio; no es importante. Está comprobado que, siguiendo este mítodo, nunca un niño ha perdido peso de forma patológica.
?Algui?n tiene el libro en *.pdf?
He leído un poco sobre él en internet y "parece" que va bien. Lo desconozco, porque sí que este mítodo para dormir por algunos ha sido bien recibido y por otros criticado por ver sufrir al niño por llorar.
Yo tengo un hijo que come poco y le gustan muy pocas cosas, muchos días se queda sin comer en la guarder?a.
Os paso un res?men que he visto en la revista Aquímam?.
Muchas gracias por vuestra ayuda y espero que todo esto que os pongo no sea un rollo.
M?todo Estivill: tambiénpara aprender a comer
Consigue que tu hijo coma bien y de todo con el M?todo Estivill.
Un artúculo del Dr. Estivill y de Montserrat Dom?nech, psic?loga y pedagoga, presidenta de la Fundaci?n ?Projecte Aura? y co-autora del libro "?A COMER!", junto con el Dr. Eduard Estivill.
El mítodo
Este mítodo puede utilizarse en cualquier edad del niño a partir de los seis meses, es decir, desde que empieza a tomar sus primeras papillas. Aquí os presentar? un caso práctico donde describir? las pautas para lograr que el niño interiorice un h?bito correcto de comer en, aproximadamente, una o dos semanas. Podemos empezar a aplicarlo en cualquier momento del día, pero aquí lo he iniciado en la comida.
Primer día, la comida
? Lleg? la hora de comer y nuestra misi?n, que justo empezamos hoy, es que Juan, que tiene dos añitos, se inicie correctamente en el h?bito de comer. Lo primero que hacemos es sentarlo en su sillita. Frente a él tiene ya preparado el plato con la comida. Siguiendo las instrucciones del pediatra, papá, mam? o la persona que lo cuida han decidido qué van a darle para comer. Y recordad: no importa Quién está acompa??ndolo durante la comida y enseñéndole a comer, siempre y cuando todos lo hagan de la misma manera. Ya mientras va sentúndole en la sillita, el ?conductor? le explica a Juan qué es lo que tiene preparado para comer y le anuncia lo bueno que esté. Por ejemplo, hoy mam? le ha hecho un exquisito plato con algunas verduras cortadas a trocitos, media pechuga de pollo y una monta?ita de arroz. Todo esto cabe en un plato pequeño y será suficiente para calmar su hambre. No es necesario ponerle grandes cantidades. Si os fij?is en la barriguita de Juan, os podráis imaginar el tamaño de su estémago. Es una buena guña para tener idea de la cantidad de alimento que puede ingerir.
? Cuando ya tenemos a Juan sentado en su sillita, nos colocamos a su lado para ayudarle a comer todo lo que le hemos preparado. Ahora es cuando pueden pasar dos cosas: que Juan se lo coma todo sin ningún problema (con lo cual, los padres de Juan ya podrían regalar este libro a otros padres a quienes pudiera serles más ?til) o puede que, de entrada, rechace el alimento. Bien, pong?monos en la peor de las dos situaciones: el niño rechaza la comida. ¿Qué hacemos? En cierto modo, en cuanto nos sentamos al lado de un niño para acompañarle mientras come, debemos hacernos a la idea de que, a partir de ese momento, nos hemos vuelto sordos y ciegos. Sin abandonar nuestra actitud serena, suave y llena de afecto, llenamos el tenedor o la cuchara y le ayudamos a que lo introduzca bien en la boca.
? Si el niño rechaza la comida de nuevo, volvemos a intentarlo de nuevo, y sin alarmarnos ni ponernos tensos. Nuestras maneras dulces de reconducir la operaci?n le están diciendo al pequeño que no ha pasado nada, que vamos a probar de nuevo y que todos seguimos tan contentos. Mantendremos esta actitud durante 3 minutos, aunque el niño escupa y rechace la comida. Y en ningún momento, perderemos la calma. Pasados los 3 minutos, le retiramos el plato c**o si hubiera comido perfectamente? aunque no haya probado bocado. Y acto seguido, le limpiamos la boca con el babero, lo sacamos de su sillita y nos comportamos c**o si realmente la hora de la comida hubiera terminado.
? Durante los próximos 3 minutos nos concentramos en otros quehaceres. Insisto: es importantísimo que mantengamos la compostura, c**o si nada hubiera pasado, c**o si realmente el niño se hubiera terminado todo el plato. Estos 3 minutos nos servir?n para que el niño se ?olvide? de la comida y se distraiga. Después de esos 3 minutos de ?olvido?, reanudamos el ritual de la comida. Seguimos fingiendo que antes no ha pasado nada. Nuestra actitud es alegre y positiva, sin hacer caso de la actitud previa del niño y, aún más, de lo que pueda él estar deduciendo ahora acerca de nuestro reintento. Procedemos a repetir los mismos actos. Es decir, le ayudamos a sentarse en la sillita, le colocamos el babero, le ponemos delante el plato y acompañamos ese viaje del tenedor o la cuchara desde el plato hasta su boca. Transmitiendo seguridad siempre y en todo momento. Y calma, y paciencia.
? Recordad: nosotros somos los buenos maestros yél, el alumno que está aprendiendo a comer. Esta vez dedicaremos 4 minutos a nuestro empe?o. Por supuesto, podemos toparnos con dos posibilidades. Una, que empiece a comer bien, con lo cual se da por finalizado esta práctica hasta la siguiente comida. No importa que sobrepase el tiempo que teníamos previsto, lo que cuenta es que ya está comiendo con regularidad. Pero tambiénpuede ocurrir que siga neg?ndose a comer o que abra la boca, s?, pero a regañadientes y sin apenas tragar alimentos. Si es éste el caso, seguiremos intentando ayudarle a comer durante 4 minutos. Y siempre sin perder la sonrisa ni la serenidad. Pasados los 4 minutos, le retiramos el plato y le sacamos de su sillita c**o si hubiera comido bien, y nosotros nos ponemos a hacer otras cosas durante los próximos 4 minutos. ?c**o si no hubiera pasado nada! Y, transcurridos esos 4 minutos de ?olvido?, reanudamos toda la operaci?n desde el principio, una vez más y c**o si fuera la primera. Sí, volvemos a poner el plato en la mesa, le sentamos de nuevo en su sillita y, mientras le colocamos el babero, le decimos ?Vamos a comer esto que está tan rico?. Y empezamos a ayudarle con el tenedor o la cuchara. En este tercer intento mantendremos la acci?n durante 5 minutos. Nuestra actitud seguir? siendo tranquila, sonriente y positiva, aunque por dentro nos está corroyendo el malestar y estemos hartos y deseosos de que el niño empiece a comer, que interiorice por sí solo lo que queremos que haga.
? Es importante que el niño no perciba estas emociones negativas nuestras en ningún momento del proceso de aprendizaje. Si se da cuenta de que su rechazo a la comida llama nuestra atenci?n, nos preocupa o provoca en nosotros un cambio de actitud, ?estamos perdidos! Por eso, pase lo que pase, en ningún momento debemos perder esa actitud de confianza y seguridad en lo que estamos haciendo. Cuando hayan pasado 5 minutos, se da por finalizada la comida. No importa la cantidad que haya comido el niño. Ya no habrá más intentos y tendré que esperar hasta la siguiente hora, que será su merienda. Si de verdad no ha comido nada, no tenemos que preocuparnos. El cuerpo está preparado para resistir largos ayunos, y recordad que un niño pasa once o doce horas sin comer durante la noche ?y no ocurre nada! Hay mucho tiempo por delante hasta que se le agoten los recursos energ?ticos, y seguro que vuestro hijo no llegará jamás a ese extremo.
? Si segu?s estas directrices al pie de la letra, en una semana el asunto está resuelto. Eso s?: hasta la hora de la merienda no podremos darle nada de comer, aunque él lo pida desesperadamente. Tenemos que armarnos de paciencia para poder transmitúrsela tambiénal pequeño, pues? ?hasta la hora de la merienda, nada!
Primer día, la merienda
Sobre las 4 de la tarde, llega la hora de merendar. Vuelta a empezar con el ritual. Mam? ha preparado esta vez a Juan unos trocitos de fruta, por ejemplo pera, y dos galletas.
? En el mismo lugar donde antes le dio la comida, mam? sienta a Juan en su sillita, le pone delante el plato y, mientras le coloca el babero, le explica qué va a merendar y lo buenísimo que esté. Y durante los próximos 3 minutos intenta darle la merienda, con tranquilidad. ¿Qué puede ocurrir esta vez? Que durante los 3 minutos siguientes el niño coma y, pasado ese tiempo o un poquito más, haya dado cuenta de su merienda. Se da por finalizada y ahora habrá que esperar hasta la cena para comprobar si ha asimilado la pauta y la sigue practicando.
? Si por el contrario, transcurridos esos 3 minutos, no ha tragado nada o casi nada, le retiramos el plato, lo sacamos de su sillita y nosotros, durante otros 3 minutos, nos dedicaremos a cualquier otra cosa, sin prestar atenci?n al niño. c**o si realmente hubiera merendado. Pasados los 3 minutos, iniciamos de nuevo el proceso. Insisto: con maneras suaves, c**o si no hubiera ocurrido nada antes. Sentamos al niño en su sillita, le colocamos el babero, le explicamos qué es lo que tiene delante en el plato. Esta vez, dedicaremos 4 minutos a intentar que se ¿enganche? al h?bito de abrir la boca y tragar cada vez que le acercamos la cuchara llena. Si vemos que se comporta bien, seguiremos díndole de merendar hasta que se lo termine. Si no es así y sigue resisti?ndose a tragar cucharada, pues? pasados los 4 minutos recogeremos los trastos, bajaremos al niño de la sillita y nos dedicaremos a otra cosa. Y todo esto, sin perder los nervios. Ahora esperaremos 4 minutos antes de volver a comenzar con el ritual.
? Cuando hayan pasado, por tercera y última vez reanudaremos el intento. Siempre con calma y utilizando todos los objetos que queremos que asocie al acto de comer: el niño se sentar? en su sillita, llevar? el babero y delante de él tendré su platito, su cuchara y su vaso. Durante los próximos 5 minutos acercaremos la cuchara con la comida hasta su boca y veremos cómo reacciona. Puede que ahora empiece a comer bien y si, cuando ha pasado el tiempo, aún le queda comida, esperaremos a que se la termine. Pero si no ha querido comer, damos por finalizada la merienda. Hasta la hora de la cena no intentaremos volver a poner en práctica el mítodo. Nuevamente, es muy importante que en las cuatro horas que faltan para que llegue la cena no se dí nada de comida al niño, aunque monte una pataleta. En cambio, sí que se le daré agua si tiene sed.
Primer día, la cena
Esta noche Juan tambiéntiene preparada una cena exquisita. En su plato puede ver un puré de patata y zanahoria, acompañado de una rodaja de merluza cortada a trocitos. Todo cabe de sobras en un plato pequeño. Es todo lo que el organismo de Juan necesita. Esta vez es papá quien le acompaña en la hora de la cena. Y él tambiénseguir? los mismos pasos que marca el mítodo.
? En primer lugar, coloca todos los objetos que van asociados al inicio del ritual. Pone el plato, el vaso y los cubiertos en la mesa del lugar donde se ha decidido que Juan coma siempre, luego le sienta en su sillita y, mientras le coloca el babero, le explica lo que esta noche le toca para cenar. Cuando la primera cucharada de comida empieza su recorrido hacia la boca del niño, empezamos a contar nuestros 3 primeros minutos. Si empieza a tragar sin muchas dificultades, seguiremos díndole de comer hasta que se termine el plato. Tanto da que hayamos superado el tiempo establecido. Pero si empieza a rechazar la comida, cuando hayan pasado 3 minutos le retiraremos el plato, le quitaremos el babero, lo bajaremos de la sillita y nosotros, durante los próximos 3 minutos, nos dedicaremos a otras tareas.
? c**o ya sabemos, actuaremos sin perder la paciencia con el niño, con una actitud segura, la que tendríamos si se hubiera comido toda la cena. Estos 3 minutos serán el per?odo de ?olvido? que nos permitir? que el niño se distraiga y se prepare para volver a empezar. Pasado este tiempo, reiniciamos el proceso. Ya sabemos: sillita, babero y plato delante del pequeño. Volviendo a explicarle qué va a comer e insisti?ndole en lo que le va a gustar. Insistiremos durante los próximos 4 minutos. Si el niño empieza a comer, seguiremos díndole la cena cuando haya pasado este rato. Y si persiste en rechazar el alimento, volvemos a hacer una pausa. Esta vez de 4 minutos. Pasados los 4 minutos de ?olvido?, durante los cuales nosotros habremos estado haciendo nuestras cosas y comportúndonos c**o si nada hubiera pasado, iniciamos nuestro tercer y último intento. Actuamos c**o si fuera la primera vez que lo sentamos a cenar. Volvemos a repetir todos los pasos y le comentamos lo rica que está la comida. Esta vez dedicaremos 5 minutos a probar que coma. Si transcurrido ese tiempo se resiste a abrir la boca y no acepta apenas ninguna cucharada, empieza a llorar y quejarse, le retiraremos el babero, lo bajaremos de la silla ya ?hasta mañana! No volveremos a intentar darle de comer hasta el desayuno del día siguiente.
A dos velas
Es muy probable que el primer día que ponemos en práctica nuestro mítodo el niño apenas coma o coma muy poco. No ha de preocuparnos en absoluto. Los niños tienen una capacidad enorme de ganar y perder peso, y corresponde al pediatra controlar las variaciones del mismo, por lo general con intervalos de quince a treinta días. La variaci?n de peso que pueda producirse en un día no tiene ninguna importancia. Está comprobado que, siguiendo este mítodo, nunca un niño ha perdido peso de forma patológica. Así que es importante no obsesionarnos con este tema y, personalmente, desaconsejo el uso de b?sculas caseras, que sólo sirven para sobresaltarnos.
? Hay que confiar en el pediatra, y sólo él debe controlar el peso del pequeño. c**o hemos visto, el aprendizaje del h?bito de comer dura entre 25 y30 minutos por comida. Este tiempo ir? reduci?ndose a medida que el niño vaya aprendiendo a comer bien. Recordad que el niño, una vez confirmada la total ausencia de patolog?as mídicas o psicológicas, está preparado para asimilar cualquier tipo de alimento. Sólo hace falta paciencia y dedicación para lograr que aprenda a aceptar los diferentes gustos que le iremos proponiendo. Los suplementos de leche o zumos hay que suministrarlos durante las comidas y no entre éstas. Es muy probable que, la primera noche después de haber empezado a aplicar este mítodo, el niño reclame comida. Es muy importante no darle nada bajo ningún concepto. Sólo agua si tiene sed. Esperaremos a la mañana siguiente, al desayuno, donde volveremos a poner en práctica todo lo que ya sabemos.
Segundo día, el desayuno
Esta mañana, a Juan le han preparado un bol de leche con cereales. ?se es su desayuno, al que le aplicaremos la misma rutina de las otras comidas. Es decir, poner el bol en la mesa, sentarle en la sillita y, mientras le colocamos el babero, explicarle qué va a desayunar e insistirle en lo que va a gustarle. A partir de la primera cucharada, comenzamos a contar minutos.
Ya sabemos las etapas:
? Primer intento: 3 minutos.
? Primer per?odo de olvido: 3 minutos.
? Segundo intento: 4 minutos.
? Segundo per?odo de olvido: 4 minutos.
? Tercer intento: 5 minutos.
Si el niño está comiendo de una manera normal, seguiremos díndole el desayuno aunque hayan pasado los minutos estipulados hasta que se lo termine. Pero si el niño rechaza la comida, después de cada intento lo recogemos todo, bajamos al niño de su sillita y fingimos que aquí no ha pasado nada. Actuamos c**o si hubiera devorado su desayuno. Cuando hayan transcurrido los 5 minutos del tercer intento, lo recogemos todo y esperaremos hasta la hora del almuerzo.
Todos los días y en todas las comidas repetiremos la misma rutina, hasta que la asimile. No podemos bajar la guardia. Tal vez el primer día no tengamos complicaciones, pero sí el segundo o el tercero. El ritual con los objetos asociados y nuestra actitud positiva deben repetirse siempre, una y otra vez, hasta asegurar que el h?bito está bien instaurado.
Recomendaciones previas antes de aplicar el mítodo:
? Fijar un lugar, siempre el mismo, para que el niño coma.
? Que sea un ambiente sereno donde pueda concentrarse en la tarea que tiene por delante: comer.
? Conviene que sea sólo una persona la que dirija y acompa?e la comida del niño.
? La estimulaci?n positiva (antes, durante y al final de la comida) es b?sica para afianzar el aprendizaje en el pequeño.
? Se seguir?n los pasos en las cuatro comidas: desayuno, comida, merienda y cena.
El mítodo:
? Se disponen los objetos asociados (sillita, babero, vaso, plato y cubierto) en el lugar en que se ha decidido que comeré el niño.
? Se retirarén cada vez que hagamos la pausa y se volverán a poner cuando reanudemos el siguiente intento.
? Se hace un primer intento de que coma durante 3 minutos.
? Si rechaza la comida, se para el proceso y se recoge todo.
? Durante los 3 próximos minutos, nos dedicamos a hacer otras cosas.
? Empieza el segundo intento, que durar? ahora 4 minutos. Se procede con todo el ritual de nuevo. Si, transcurrido el tiempo previsto, el niño sigue sin comer bien, se para el proceso y se vuelve a recoger todo.
? Durante los 4 próximos minutos, nos dedicamos a hacer otras cosas.
? Empieza el tercer intento, que durar? 5 minutos. Es el último. Si aún se resiste a comer, pasado el tiempo prescrito, se para el proceso y se recoge todo. Hasta la próxima comida.
? Si en cualquiera de los intentos el niño empieza a comer con regularidad, seguiremos díndole la comida aunque sobrepasemos el tiempo previsto. ¿Se trata de que aprenda a comer, no a comer rápido!
? No nos alarmemos si el niño no come apenas las primeras veces. Tampoco si pierde peso al principio; no es importante. Está comprobado que, siguiendo este mítodo, nunca un niño ha perdido peso de forma patológica.
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- Jefa de cocina
- Mensajes:6976
- Registrado:01 Mar 2007 01:00
Re: M?todo Estivill: tambi?n para aprender a comer
virgen santisima!!! q barbaridad las cosas q dice este hombreMC escribió:? No nos alarmemos si el niño no come apenas las primeras veces. Tampoco si pierde peso al principio; no es importante. Está comprobado que, siguiendo este mítodo, nunca un niño ha perdido peso de forma patológica.





a mi no me gustan los metodos de este señor, no respeta la naturaleza de los niños y lo q cuenta lo hace por el unico beneficio de los padres, no de los niños, q yo creo q aqui son lo importante.
ojo!!!!!! q solo es mi opinion!!! q quien lo haga y le vaya bien, yo q me alegro. Solo digo q yo usar?a otros metodos con mis futuros hijos, q los hay


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- Repostera-pastelera/o
- Mensajes:785
- Registrado:22 Mar 2004 01:00
- Ubicación:TH-21-Madrid
Es un mítodo que se le ve muy duro, yo conozco a gente que ha hecho el de dormir, yo gracias a Dios no he tenido ese problema y no se me hubiera ocurrido llevarlo a cabo, y lo ha pasado realmente mal de o?r llorar al niño.
La verdad es que tambiénel tema de la comida es duro cuando no comen, quería leer el libro para "tomar solo las cosas que interesan", es decir, intentar mejorar los cambios del niño pero sin ser muy dura. No sí si me entendéis, lo que no quiero es que las comidas sean una tortura, aplicando el mítodo al 100% debe ser duro para el niño.
No creíis que lo voy a hacer al 100% y hacer sufrir al niño, que tengo un corazoncito muy blando y cuando lloran yo me hundo.
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- Cocinera/o
- Mensajes:1102
- Registrado:22 May 2005 01:00
- Ubicación:Sanlucar de Barrameda
Yo no he tenido este problema con mis hijos, que gracias a Dios comen de todo y bien...
En las comidas c**o en todo lo demás hay que tener paciencia, si no comen mucho en el almuerzo, ya comerén mejor en la merienda.
Ellos se autorregulan muy bien, no hay que obligarles a comer...
Hay que ofrecerles una dieta variada y nada de picoteo ni chuches entre las comidas.
Habrá comidas que les gusten más que otras(c**o nos pasa a todos) pero hay que ponérselas y no desesperarse: que sólo comen tres cucharadas, pues buenas son.
Yo a mis tres hijos los siento en sus sillas y les pongo el plato por delante (nada más en la mesa, nada que puedan picotear, ni postre a la vista, ni nada). Ayer puse lentejas y sí que con el pequeño tengo "que pelear " para que las coma, se comi? medio plato medio protestando, pues a continuación les puse palitos de merluza y al final mel?n. Si lo piensas al final comi? muy bien.
No se si te sirve de algo mi respuesta, pero lo importante es la paciencia...
Por cierto a mi el Dr. Estivill tambien me parece un poco fuerte ...

En las comidas c**o en todo lo demás hay que tener paciencia, si no comen mucho en el almuerzo, ya comerén mejor en la merienda.
Ellos se autorregulan muy bien, no hay que obligarles a comer...
Hay que ofrecerles una dieta variada y nada de picoteo ni chuches entre las comidas.
Habrá comidas que les gusten más que otras(c**o nos pasa a todos) pero hay que ponérselas y no desesperarse: que sólo comen tres cucharadas, pues buenas son.
Yo a mis tres hijos los siento en sus sillas y les pongo el plato por delante (nada más en la mesa, nada que puedan picotear, ni postre a la vista, ni nada). Ayer puse lentejas y sí que con el pequeño tengo "que pelear " para que las coma, se comi? medio plato medio protestando, pues a continuación les puse palitos de merluza y al final mel?n. Si lo piensas al final comi? muy bien.
No se si te sirve de algo mi respuesta, pero lo importante es la paciencia...
Por cierto a mi el Dr. Estivill tambien me parece un poco fuerte ...

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- Cocinera/o
- Mensajes:1900
- Registrado:26 Sep 2006 01:00
Mi matrona no está nada de acuerdo, me acuerdo que en una de las clases una de las chicas preguntó cuando había que poner al bebe en su habitaci?n a dormir solo y la matrona le dijo:
- Matrona: Y tu reina, que duermes sola?
-La chica: No
- Matrona: te parece bonito, por que ya eres muy mayor para dormir
acompañada...
-la chica
, la verdad que nos hechamos unas risas..., yo no he leido el libro, ni lo voy a leer, no se c**o reaccionar? cuando me toque, pero ya os contaré.

- Matrona: Y tu reina, que duermes sola?
-La chica: No
- Matrona: te parece bonito, por que ya eres muy mayor para dormir
acompañada...
-la chica












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- Repostera-pastelera/o
- Mensajes:737
- Registrado:14 Feb 2005 01:00
Una vez más voy a opinar sobre este "Dr. Evil"
resumiendo:
ESTIVILL NO, GRACIAS
c**o contrapartida a estos disparates os recomiendo los tres libros de Carlos González, un pediatra que basa sus consejos en el amor y el cariño a los hijos, "B?same Mucho", "Mi niño no me come" y "Un regalo para toda la vida", este último lo estoy leyendo ahora y estoy aprendiendo mucho sobre la lactancia materna.
No quiero mítodos sobre entrenamiento c**o a los animales.


ESTIVILL NO, GRACIAS
c**o contrapartida a estos disparates os recomiendo los tres libros de Carlos González, un pediatra que basa sus consejos en el amor y el cariño a los hijos, "B?same Mucho", "Mi niño no me come" y "Un regalo para toda la vida", este último lo estoy leyendo ahora y estoy aprendiendo mucho sobre la lactancia materna.
No quiero mítodos sobre entrenamiento c**o a los animales.









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