
No era muy sociable, pero yo la tenía en una cajita calentita y todos los días le ponía un poco de agua en la ba?era para que aprendiera a nadar





Además yo le decoraba el medio para que se sintiera un poco más en contacto con la naturaleza

Fue muy divertido la primera vez que se dio cuenta de que podía bucear.
Al principio se sumergi? de repente e hizo un largo de ba?era. Salió a la superficie muy contenta c**o diciendo: ?has visto lo que he hecho? Después fue cogiendo confianza y se hacía 8 ? 10 largos de ba?era seguidos sin sacar la cabeza


c**o la había criado yo, me daba miedo soltarla así sin mas en medio de la naturaleza con los peligros que conlleva para una pata novata en ese aspecto.
Al cabo del tiempo, visitando la finca de un señor que tiene muchos ?rboles frutales, varios mastines, p?jaros de todo tipo, faisanes, caballos, ocas, gallinas guineanas... y un estanque enorrrme dónde había un macho de pato real, y otros patos.
c**o me encantó el sitio para mi pata, le ped? que si podía dejar a mi pata all?, pero que por favor no le cortara las alas, que una vez allí ella pudira hacer lo que quisiera, quedarse o marcharse.
Mirad que contenta estaba el día que le di su libertad


El mismo día que llevé la pata para ponerla en libertad, el señor de la finca me estuvo enseñando una incubadora en la que tenía varios huevos de diferentes aves esperando para salir las crías.
Después me enseñé los faisanes que tenía: un macho de fais?n japonés (blanco, precioso) y dos hembras. En el mismo sitio había un min?sculo faisancito de tres días de edad. Me contó que lo había sacado con la incubadora porque las hembras no lo incubaban y ahora, c**o no lo reconocían, no lo quería y se terminar?a muriendo.
Cuando me dijo eso me dio una pena...

Me ofrec? a criarlo y devolvírselo cuando fuera más grande.
Era una monada... no medía ni 5 cm de la cabeza a la cola y era supercariñoso. Quer?a estar todo el tiempo conmigo.
En la terraza-lavadero, improvis? una jaula grande (con su palo y todo para que se subiera)
Mientras yo estaba en el trabajo ella estaba en su jaula espaciosa y cuando me o?a entrar empezaba a piar para que la sacara. Cuando terminaba de almorzar la sacaba y la tenía varias horas fuera.
Era muy divertida. Cuando me ponía en el ordenador, se sub?a en el teclado y empezaba a picotear las teclas. c**o me veía a mí escribiendo, pensaréa que ella tambiéntenía que hacer eso



Os pongo estas fotos cuando ya tenía unos 10 días de edad. Ya empezaban a salirle las plumitas en las alas, pero cuando me lo traje, era sólo plumoncillo, c**o una bolita pequeñita y viva

Aquí sobre mi dedo

Aquí sobre mi hombro. c**o quería hacerme una foto con ella y estébamos solas, nos la hicimos en el espejo del baño


Y sobre mi rodilla




Se la devolví a su dueño unos 3 meses y medio después.
Bueno, espero que os haya gustado el royo sentimental que me ha dado



