Venga, lanzate a la piscina pero aseg?rate bien de que te lanzas por el lado más profundo y que el agua está limpia. O sea, que vayas a una clúnica de la que tengas buenas referencias, con un quir?fano c**o es debido y cirujano y personal acreditado, que no es para tomórselo a broma. No tengas miedo pero sí prevenida, por favor, con las manos en que te pones.
Yo tuve una compa?era de trabajo que era inmensa, no sé tú si serás tan grande, pero ella era increíblemente enorme, ?cuando la veías venir parec?a que no iba a entrar por la puerta! Un día la salud? por la calle y mi madre, que iba comigo, se quedé alucinada de su tamaño. No parec?a que su peso le provocara ningún complejo, pero algo pasó.
Un día va a una chica esperando en la parada del bus urbano y me quedé mirando a sus ojos verdes y a su pelo pelirrojo, ya que esa cara se me hacía conocida, pero me parec?a imposible lo que estaba viendo. Ella me sonri? con cierta sorna. Sí, era aquella compa?era de trabajo, que ahora pesaba unos 55 kilos, se había quedado en la cuarta parte de lo que fue, y estaba feliz de poder comprar la ropa en Zara o en cualquier tienda de la calle. Me contó que se había hecho la operaci?n y que todo fue poco a poco, lento pero seguro. Estaba realmente feliz, sólo se quejaba de que luego se tuvo que hacer otra de estética para recortarse los pellejos de piel que le quedaban colgando una vez vacíos de la grasa... pero todo le había valido la pena.
