Mensaje
por honorina » 17 May 2005 23:00
Bea yo no puedo ayudarte pero encontré esto y te lo copio por si te sirve de ayuda.
Fundaci?n Piero Rafael
Martúnez De La Hoz
Acompa?ando en el Sufrimiento
EL DUELO EN
LOS ADOLESCENTES
Los Adolescentes
y las P?rdidas
En la vida, diariamente nos enfrentamos a situaciones difíciles que implican p?rdidas materiales y espirituales, unas con más repercusiones emocionales que otras. No obstante, en esta etapa de su vida, el adolescente se encuentra en un per?odo de transición entre la ni?ez y la vida adulta; por una parte, tiene una conciencia mayor de lo que está sucediendo, más sentido de la realidad que un niño, y por otra parte, en la mayoría de los casos no tiene una madurez emocional, es decir, no sabe c**o reaccionar, ni actuar, no sabe c**o se espera que enfrente el duelo.
Así la p?rdida de una amistad, de una relaci?n sentimental, el abandonar el sal?n de clase, el mudarse de ciudad, la separaci?n de los padres, y la muerte de un ser querido, constituyen p?rdidas que alteran el ritmo de vida e incluso pueden afectar el comportamiento del adolescente.
Para el adolescente, la muerte es algo tan repentino, que quizás nunca la había vislumbrado a corto plazo y mucho menos cerca de su entorno. Cuando se produce, surge un auto cuestionamiento. Constantemente se preguntar? por qué a mi, que existe después de la muerte, cuál es la razón de ser y de existir, y si existe una formación religiosa, una duda sobre la existencia de un ser superior misericordioso.
Así el adolescente que sufre una p?rdida de esta magnitud entra en su interior en una reflexi?n profunda sobre la vida, la muerte, e incluso puede llegar a formarse conceptos err?neos o adoptar actitudes hostiles, por ejemplo: la vida es una y tengo que vivirla. Sin embargo, dichas vivencias se convierten en un desenfreno y libertinaje, en ciertos casos incontrolables.
La p?rdida del padre, la madre, de un familiar o amistad cercana produce un vacío que poco a poco resquebraja la estructura familiar e incluso pareciera que empieza a desmoronarse. Cada miembro de la familia se encuentra inmerso en su duelo particular, cada uno lo manifiesta de forma diferente; el adolescente se torna inseguro, inestable, y muchas veces, rebelde. Si el var?n pierde la figura paterna, puede sentir un gran peso, sobretodo cuando se le repite constantemente ?ahora eres el hombre de la casa?. Así el adolescente intentaré demostrar fuerza, valor, reprimir sus emociones y actuar c**o si nada pasara. Podr? pensar que no se portú bien con esa persona y sufrir entonces una angustia adicional.
En este intento por evadir la realidad desarrollar? en muchos casos comportamientos c**o exceso de fiestas, falta de inter?s en los estudios, mal carácter; si no existe una orientaci?n o un apoyo adecuado y hay presi?n por parte de malas amistades puede llegar a consumir alcohol y drogas. Esta actitud de poco importa, es en realidad un intento desesperado de llamar la atenci?n del resto de los seres queridos.
Con el correr del tiempo, al percatarse que su actitud no ha reconfortado su dolor, puede expresar la melancol?a, y la profunda tristeza que no demostr? en un principio, lo que hace que su per?odo de recuperaci?n sea más largo y difícil.
En estos casos, solo con mucha paciencia, comprensi?n, una actitud abierta y sincera hacia el diólogo, y el apoyo que se demuestre hacia el adolescente, puede ayud?rsele a comprender lo sucedido, e identificarse con su dolor, expres?ndole, que es perfectamente normal experimentar todos aquellos sentimientos encontrados, c**o parte del proceso del duelo.
Reacciones y Sentimientos
en el Adolescente
Las reacciones del adolescente frente al duelo son similares a las del adulto, sin embargo, debemos darle especial atenci?n a las siguientes:
La Rabia: Es un sentimiento agresivo generado por la p?rdida f?sica del ser querido y las otras p?rdidas, es una manera de enfrentar y entender la terrible realidad de lo sucedido, el temor de no tener por ejemplo: los mismos recursos econ?micos que sólo produce un padre. Esta rabia puede ir dirigida contra él mismo, contra sus compa?eros, con la persona que falleci? o contra cualquier cosa.
Culpa y auto-reproches: El adolescente es particularmente vulnerable a sentir culpa, por ejemplo: cuando muere uno de sus padres, considera que el haber tenido diferencias y discusiones con él significan no haber sido buen hijo, a pesar que es habitual durante la adolescencia el tener diferencias con las figuras paternas y el dejar de idealizarlos. Cuando ocurre la muerte de un hermano la culpa se manifiesta en aquellas relaciones caracterizadas por los celos y confrontaciones sobre todo si la muerte ha sido por enfermedad, dado el grado de atenci?n que se le brind? al enfermo.
Sentir enloquecer e ideas suicidas: Producto de las emociones encontradas, algunos adolescentes no saben ni pueden manejar sus sentimientos y pensamientos, llegando con ello a perder el control de sí mismos. Creen que la vaa más fácil y rápida para solucionar sus problemas es hacerse daño mental o físico, a través del abuso de drogas, alcohol, sustancias prohibidas e incluso provocarse la muerte.
Incomprensi?n: El adolescente genera un c?mulo de sentimientos variados que llega el momento que tiende a confundirlos, está en una etapa de sensibilidad que en ocasiones confunde o malinterpreta los sentimientos expresados por lo demás. Se siente incomprendido por las personas más allegadas, no desea hablar sobre el tema, sin embargo, siente que si sus amigos no lo hacen son malos amigos o compa?eros.
Rebeldía: Es un sentimiento contradictorio en el adolescente, en ocasiones quiero mostrar una actitud contraria a la deseada, no es consecuente con lo que habla o hace, quiere ser protector con su familia y autoritario.
Cómo poder ayudarles:
Legitimar sus sentimientos y emociones, mostr?ndoles que no es debilidad e inmadurez el sentir tristeza, miedo y el llorar.
Explicarles y aclararles que la sensaci?n de extra?eza es normal en este proceso.
Brindarles el mayor apoyo posible en estas circunstancias de dolor.
Validarles que cada quien tiene una manera diferente de reaccionar ante lo perdido.
Reconocer que su duelo tiene ritmo diferente.
Incentivarlos a leer libros espirituales con los cuales se identifiquen y busquen la paz interior.
Ser honestos con las explicaciones sobre lo sucedido.
Respetar su decisi?n de participar o no en el funeral, en los ritos y cambios que se generan ante la p?rdida.
Permitirles los momentos en donde deseen estar solos y tener espacios para compartir con sus compa?eros.