Almamenta escribió:Estoy de acuerdo con susana....nosotros compramos una casa en el pueblo de mi suegro y c**o era tan grande al final decidimos venderla ...nuestros hijos no "tiraban" para el pueblo ...bueno no me enrollo...la cuestion es que buscamos un anticuario que fue a la casa con nosotros y por todo lo que vio nos dio un "precio" quedamos de acuerdo y nosotros nos volvimos a Barcelona y ellos fueron con un camion a recojer las cosas nuestro primo les abrio la casa y cuando terminaron se marcharo y le devolvieron las llaves ....cuando fuimos a enseñar la casa al que la compro...se habian llevado hasta las puertas...todo se lo llevaron todo......hasta los hierros de los caballos que habien en las cuadras...bueno ya os digo ...las puertas enteras ...los lavabos que eran antiguos ...fijate ...hasta unos sillones pequeños que no eran antiguos eran de mi casa ...que los cambiamos y por no tirarlos y los pusimos alli...en fin ....no tires nada Lou...informate antes y buscate alguien que te lo pague bien
Mira, yo tenía un amigo ruso, pr?ncipeél, Gilbert Krupensky, un personaje increíble. medía 2 metros, cuando yo lo conoc? pasaba de los 50 años (y yo tenía 28 ), pero era lo más peculiar que conoc? en esta vida.
Era anticuario, y un día nos contaba que cuando él entraba a una casa en la que veía algo que le interesaba, lo pasaba por alto, y esperaba que después de cotizar el resto de las cosas, los dueños de casa le preguntaran por esa cosa, a la queél, poniendo cara de poco inter?s, le decía: -bueno, si lo quieren vender, agregamos al precio del lote (y allí les decía un precio irrisorio) la gente protestaba y entonces él les decía que no había problema, que compraba el resto y eso no. De esa cruel manera, lograba que los tipos aceptaran cualquier cosa con tal de que no dejara el resto, por lo cual había dado un precio justo.
