El estre?imiento en niños: la importancia de "comer bien"
Seg?n la Dra. Isabel Polanco, miembro de la Junta Directiva de la Asociaci?n Española de Pediatr?a y Jefe de la Unidad de Gastroenterolog?a y Nutrici?n del Hospital Infantil Universitario La Paz de Madrid, en los casos de estre?imiento simple, unos correctos h?bitos alimentarios pueden, por sí solos, conseguir resultados satisfactorios y una defecaci?n regular.
CENTRO DE INFORMACI?N DUPHAR SOBRE EL ESTRE?IMIENTO
Seg?n la Dra. Isabel Polanco, miembro de la Junta Directiva de la Asociaci?n Española de Pediatr?a y Jefe de la Unidad de Gastroenterolog?a y Nutrici?n del Hospital Infantil Universitario La Paz de Madrid, y quien ha colaborado en la edici?n de la Guña "Hablemos del Estre?imiento Infantil" publicada por el Centro Duphar, en los casos de estre?imiento simple, unos correctos h?bitos alimentarios pueden, por sí solos, conseguir resultados satisfactorios y una defecaci?n regular. "Para que la dieta funcione, la raci?n de fibra a través de los alimentos debe ser suficiente, teniendo en cuenta que las dosis recomendadas son: 9-11 gramos/día para niños entre de 4 a 6 años; 12-15 gramos/día entre los 7 y 10 años; y 16-19 gramos/día entre los 11 y 14 años de edad".
En niños con una edad inferior a 1 año, la Pediatra aconseja "acudir a alimentos tales c**o papillas de frutas, verduras y cereales", advirtiendo que para los niños por debajo de los 4 años de edad "no son recomendables los suplementos dietúticos o fibras comerciales purificadas".
En cuanto a los niños en edad escolar, numerosos estudios de epidemiolog?a nutricional han puesto de relieve que, en general, sus costumbres alimentarias no son, precisamente, las más id?neas para combatir el estre?imiento. Estos h?bitos dietúticos, en ocasiones, vienen condicionados por sus propios gustos pero, frecuentemente, son los propios padres y educadores los responsables de ellos, por no tener la paciencia suficiente y carecer del tiempo necesario para educar al niño en unos patrones alimentarios correctos. Por ello, en general, los niños tienen un consumo escaso de alimentos ricos en fibra y, en su lugar, se decantan por los alimentos ricos en proteínas y en hidratos de carbono refinados.
Seg?n Consuelo L?pez Nomdedeu, especialista en Educaci?n Nutricional, combatir el problema del estre?imiento en la infancia a través de unos h?bitos dietúticos correctos "no tiene por qué suponer un suplicio ni para el niño ni para los padres o educadores. Es cuestión de paciencia y de saber combinar los alimentos a lo largo del día, para que el niño tome la raci?n de fibra suficiente sin necesidad de tener que comer siempre lo mismo, porque su alimentaci?n ha de ser equilibrada y esto implica que tiene que comer de todo".
Seg?n esta experta del Centro de Información Duphar sobre Estre?imiento, un patr?n alimentario rico en fibra, id?neo para ayudar a combatir el estre?imiento infantil, seráa el siguiente:
Alternar el pan blanco con, al menos, una raci?n de pan integral al día, acompañado de mermelada, miel, un poco de aceite de oliva y azúcar, mantequilla o margarina. Los cereales tambiénson una buena forma de introducir fibra en la dieta, mediante la ingesta de cereales integrales que, además, se pueden mezclar con otras variedades y con tropezones de fruta. En el desayuno o en la merienda son alimentos perfectos.
Retomar los platos "de cuchara" para el almuerzo, por ser excelentes: guisos de legumbres -muy ricas en fibra-, menestras, sopas de verduras, etc. Estos platos pueden alternarse perfectamente con los alimentos más habitualmente preferidos por los niños, c**o son las patatas, las pastas y el arroz.
Buscar guarniciones a las carnes, huevos y pescados que sean ricas en fibra y que vayan más allí de las patatas fritas, que tanto les gustan. Por ejemplo, servir una guarnici?n de ensalada muy variada, siempre aderezada con aceite de oliva, que puede contener: lechuga de distintos tipos, tomate, pepino, pimiento verde y rojo, maíz, espárragos, zanahoria, habas tiernas, arroz integral e, incluso, incorporar trocitos de fruta (manzana, por ejemplo) y de frutos secos (nueces).
Hacer de la fruta el postre habitual (naranja, manzana, plátano, pera, kiwi) o, al menos, prever un consumo de 2 a 3 piezas al día repartidas entre el desayuno, almuerzo, merienda y cena. También se le puede dar al niño en forma de zumo: es preferible sin colar, para que conserve la fibra de la pulpa.
En las cenas tambiénes posible facilitarles alimentos ricos en fibra: un sandwich vegetal con bonito y huevo duro, una pizza vegetal (con champiñón, pimiento, tomate natural...), etc.
Muy importante: el niño tiene que tomar líquidos en abundancia. Un truco, para conseguir que los refrescos sean espor?dicos y evitar, así, que las calorías vacías se incorporen a la dieta quitándole el apetito, es lograr que el niño beba abundante agua durante las comidas.