Un día estébamos mi marido y yo viendo una exposición, y yo de repente me c**o del brazo del que estaba a mi lado, pero no era mi marido, que él se había quedado viendo otro cuadro. Cuando le miro paradecirle algo y veo que no esél, casi me muero, y le digo, Ay, por Dios, perdóneme, y el señor me contesta: no, por mi no se preocupe, yo estoy encantado. Cada vez que me acuerdo,
Bueno y de ir a trabajar con un zapato de cada color, o ponerme la falda pantal?n (que se llevaban entonces) al reves. Es que soy un caso.
