¡Ay, Dios! ¡Qué lástima tan grande! Qué pena que un chaval tan joven, con todo por vivir, muera, la de experiencias maravillosas que se va a perder.
Es normal que tu hija esté destrozada, a esa edad nos creemos que somos inmortales, no pensamos que tenemos posibilidades de morir, y supongo que a la pérdida repentina de un amigo joven, que no es de naturaleza que muera, se une el darte cuenta que tambien te puede pasar a tí...

Pobrecilla, tiene que tener una pena...

pero sabes Encarna? a lo mejor le saca provecho a la pena, y le ayuda a apreciar más lo que tiene, y a cuidarlo... su propia vida, por ejemplo...
Y de lo de tu hijo, chiquilla, seguro que a él se le pasó el susto antes que a tí, supongo que pasarías un día horroroso... cuídate, mami...
Ah¡ Yo un café y un trocito plumcake, plis.