Pues mi primer desastre culinario no fue con tarta...fue con tortilla de patata.
Corría el año 78 (Jesús!!!, 18 años!!!) Yo de estudiante en un piso de ídem con mi hermana y otra compañera. Una tarde de sábado... aburrida... sin ganas de estudiar...frío en la calle...unos amigos que vienen a la noche a pasar un rato (entre ellos el que hoy es mi marido

) y yo que me siento inspirada y me digo..."pues hacemos una tortilla de patata...es fácil" Ja!
Pelé las patatas... la cebolla... puse aceite en la sartén...y las patatas fríe que te fríe y más...y más...y más. Cuando decidí sacarlas, os aseguro que crudas no estaban.
Aunque aquello no se parecía para nada a las patatas que mi madre ponía a la tortilla, yo decidí hacerla de todas formas. Lo de darla la vuelta fue otra historia! Entonces aprecié la destreza de mi madre con las tortillas. La veía a ella dar la vuelta con tanta facilidad que pensé que aquello estaba chupado. Ni de coña!
Cuando vinieron estos amigos a cenar, vieron que la tortilla tenía unos puntitos oscuros sospechosos dentro. Era el color de las patatas (y no hubo manera de disimularlo) que no estaban simplemente fritas!
Oh Dios mío! Cuando hincamos el diente a aquella tortilla, cobró vida y empezó ha hacer ruidos...crujía...Eureka!...había inventado la tortilla de patatas crujiente!!!...y encima era " a la marinera"...por que la concentración de sal era similar a la del agua del mar!
Si a pesar de ese desastre, aquel chico que se comió la tortilla, se casó conmigo es porque me quería mucho y tenía la esperanza de que alguien me enseñara a cocinar.
Un

a tod@s