

Por el contrario, sí me parece intransigente entrar a un blog a echar a alguien un rapapolvo por cocinar postres con azúcar, harina, nata y mantequilla, y, para rematar, soltarle el rollo de que cómo se le ocurre publicar esas recetas con tanto obeso que hay en España. Entonces, según esa teoría, no deberían existir páginas sobre vinos porque hay muchos alcohólicos, ni la página del Organismo Nacional de Loterías y Apuestas porque hay ludópatas, ni deberían permitirse páginas de moda de alta costura, maquillaje, joyería o coches de lujo porque hay mucha crisis.

En mi humilde opinión, ahí es donde se manifiesta una postura intransigente. Vive y deja vivir, y, si a esta señora no le gustan las recetas calóricas, pues fabuloso, pero no me parece correcto que se dedique a dar lecciones de ética nutricional y gastronómica a nadie en su propia casa.
Dicho sea con todos los respetos, claro.


