Comer o cenar fuera con un niño de dos años

[Ardid 1.581]

Ainssss, un rayo de esperanza, graaaaaaaaciasssssss


Que parezco desesperada por comer o cenar fuera de casa, tampoco es algo que fuera una norma cuando no teníamos niño, pero de vez en cuando lo echo de menos. Lo que peor llevo no son estas "no salidas", lo peor son los "no viajes". Eso sí que ha cambiado mucho. Antes de que naciera Iñaki, no se nos escapaba ni un puente, pero los viajes obligan muchas veces a comer y cenar fuera, y volvemos al inicio. Ahora vamos más a apartamentos, donde es más cómodo para él (y por extensión para nosotros), pero el no poder alejarnos del apartamento tanto como para no poder estar allí a la hora de comer (y siesta) o cenar, es un freno importante para el ritmo del viaje. Vamos que lo que podemos visitar solos en un fin de semana, en este plan no lo vemos en una semana. Y somos conscientes que el ritmo ha de ser otro... pero esperábamos un término medio


Tengo una reserva de apartamento en el centro de Sevilla, para cuatro días, entre la semana santa y la feria de abril (la semana light, vamos), y no hay día que no le dé vueltas y vueltas a si anulo o no

[torli 0]

Ardid, te cuento mi experiencia "a toro pasado", mis gemelos tienen casi 18 años.

Sobre salir a cenar: el sábado siempre hemos cenado fuera, desde que ellos pudieron sentarse a la mesa y comer algo de lo que había en la carta, antes no, para mi ir con un carro gemelar "prehistórico" (antes eran mucho más grandes) no me atraía en absoluto. Nunca se han levantado de la mesa. Íbamos a cenar pronto (sobre las 20:30 horas). En algunos sitios te ofrecen lápices y cosas para pintar, si no siempre llevábamos playmobil o cochecitos pequeños para que se entretuvieran en la mesa hasta que llegase la comida.

Sobre vacaciones: casi siempre hemos elegido apartamento porque es más cómodo. Generalmente comíamos en él, luego la siesta y la cena por ahí y pronto a la cama.

No se si ha sido consecuencia de la educación o que he tenido mucha suerte, pero nunca me han dado problemas, he ido a museos, iglesias, playa, montaña... y lo hemos llevado bien.

Creo que como tu dices hay que buscar el equilibrio, no pretender que vayan a tu ritmo pero tampoco dejar que sean ellos quienes lo marquen siempre.

Suerte

[Ardid 1.581]

Yo creo que el principal problema en nuestro caso es que Iñaki es muy casero, muy de rutinas, y la salida a un restaurante, o peor, un viaje, con un lugar nuevo en el que vivir, dormir, comer, etc., le crea un estrés que exterioriza protestando. Como aún no habla, no puede protestar con palablas, pero sí con gestos, como negarse a comer (diossssssss, cuando cuentas con que, al menos los 20 minutos que esté comiendo, estará distraído y tranquilo), tirando al suelo cada cosa que le ofreces para que se entretenga, y contestando con un no rotundo a cada propuesta.

En agosto, que tenía 18 meses, fuimos cinco noches a un apartamento de Andorra. Qué noches. Ni metiéndolo en la cama con nosotros se tranquilizaba. Y qué días. Los trayectos en coche eran el único momento tranquilo (incluidas las 6 horas de ida y vuelta), pero en cuanto bajaba del coche, si pretendías que fuera caminando se negaba y pedía brazos, si lo querías poner en el cochecito protestaba, etc., aunque el punto álgido era cuando volvíamos al apartamento. En cuanto se veía frente a la puerta del ascensor... se ponía a llorar como loco, a gritar, como diciendo "otra vez estamos aquí!?!?". Como no es el mejor probando comidas, nos llevamos congeladas las suyas, la mitad se las comió bien, pero la otra mitad también pagaron el enfado que tenía por estar allí.

Al final, aunque empiezas el viaje con ilusión, sabiendo que las cosas son distintas, organizando todo para que no se te escape nada, para que él se sienta cómodo, programando los días con holgura, sin prisas... al final acabas con la impresión de que está reventando el viaje deliberadamente. Ya sé que esto parece duro, pero te das cuenta de que esas lentejas que se niega a comer sin ni siquiera mirarlas son las mismas que se comió gustoso la semana pasada, que la tortilla de calabacín le pirra y hoy le ha dado un manotazo y ha acabado en el suelo, al primer ofrecimiento, que nunca le molesta que lo metas en el coche y ahora se arquea llorando, que cuando lo llevas de paseo en el cochecito va entretenido mirándolo todo, y ahora, de repente no quiere ni subirse. Incluso llegaba a ser violento. Estuvo realmente enfadado todo el tiempo, menos una tarde, que supongo que hasta él mismo se cansó de estar cabreado


Y hay un momento en que ves que llevas todo el viaje sin enfocar con los ojos otra cosa que al niño, sin saber casi ni lo que estás comiendo, ni por los paisajes que pasas, ni nada. Y la impresión es "no merece la pena, con lo a gusto que estaría yo en mi casa, hay que darle tiempo, es pequeño". Anulas el siguiente, pero cuando pasan dos o tres meses, vuelves a intentarlo, y nada. La última salida fue hace un mes, a un hotel de playa a una hora y media de casa. Fatal. Una protesta continua. Quería tocar todos los botones del ascensor; quería ir en brazos a todos los sitios; quería tirarse de la trona mientras cenábamos (a las 20.30, por cierto). El único momento tranquilo (para mí) fueron las dos horas que pasé viéndolo jugar en un miniclub. Y la sensanción es la misma: para esto me quedo en casa.

Como he dicho, tengo una reserva para ir a Sevilla y por un lado ya estoy temblando, y por otro pienso que hay que ir habituándolo. Pero claro, habituarlo a golpe de disgustos para todos, cansancio, y desembolso económico que no rentabilizas en disfrute... pues no están las cosas para tanto malgastar...

Por cierto, en cuanto a la "habituación"..., cuando Iñaki cumplió un año me llamaron para hacerme una encuesta. Me preguntaron cuántas noches había dormido en un establecimiento turísitico en 2011 (los primeros 11 meses de Iñaki). Me puse a contar y me di cuenta de que en mi vida había salido tantas veces de viaje. Me salieron 25 noches.



Bueno, al menos esto me sirve de desahogo

[surita11 0]

Bueno, parece que hay luz al final del túnel....solo que nosotras aún no la vemos!!!
A nosotros de cara a comidas nos condiciona más la siesta que la propia comida; Carmen es bastante tranquila y el rato de espera hasta que te sirven no hay problema por que se esté sentada, supongo que le llama la atención el sitio, le enseñas cosas y espera sin problemas, pero al acabar de comer, ¿cómo hacer con la siesta?.
A mi no me gusta ponerla a dormir en el carro (salvo cuando usabamos cuco que estaba tumbada, claro), también el Bugaboo, además de que no se duerme, con el ruido, la gente, la luz...demasiadas cosas que ver y hacer como para dormirse. Recuerdo un día, hace unos seis meses, que fuimos a un centro comercial que estaba lejos así que comimos allí para seguir con las cosas, poner a Carmen en el carro fue un show, y en cuanto vio que la poníamos en posición horizontal y le dijimos que a dormir un poquito empezó a llorar como una loca, la gente nos miraba como diciendo "malos padres, hacerle esto a una niña", le hablaba tranquilamente, intentaba razonar, le cantaba, la movíamos, y nada, a llorar e intentar bajarse del carro. Al final yo con un cabreo de la leche, su padre y yo medio enfadados por no controlar la situación, y camino del aparcamiento para irnos. Hacia el coche iba en brazos de su padre, entonces se durmió y pudimos ponerla de nuevo en el carro, dormida, y quedarnos, pero la siesta solo duró unos 20 minutos cuando en la guarde duerme dos horas todos los días y en casa llega hasta las tres y media si la dejas.
Por suerte esas siestas inmensas no le impiden dormir por la noche, quizá dificultan un poco el que "caiga", pero nada más, y oye ese gran rato de "libertad" para los papis viene muy bien, quizá no estemos por ahí fuera pero en casa los dos solitos y sin interrupciones se pueden hacer muchas cosas....
Respecto a los viajes, vivo a unos 900 Km de mi familia así que a la mínima oportunidad nos vamos para allí y claro como estamos en casa de mis padres solo influye el viaje porque allí tiene su propia habitación adaptada a ella, juguetes,....y seguimos más o menos la misma rutina que en casa solo que con los abuelos. El trayecto lo hace muy bien, creo que ya está acostumbrada, la primera vez tenía 20 días, y desde entonces ha habido muchas; de pequeñita iba siempre dormida, encender el coche y frita, y ahora un rato duerme, otro contamos cuentos, otro ve una película de dibus, paramos un poco....tardamos dos horas más que cuando ella no estaba, pero el viaje es tranquilo.
Los fines de semana solemos ir al pueblo y es lo mismo, al llegar es tu propia casa así que no hay problema.
El pasado verano si fuimos unos días a la playa y la verdad es que no hubo problemas; nos pusieron en el hotel cuna en la habitación, hacíamos las cenas temprano en el hotel y subíamos, y la comida en la playa y luego se dormía un poco bajo la sombrilla con su padre, media horilla o así, pero como le gustaba mucho la arena y el agua luego no se quejaba y se iba de nuevo a jugar; por la noche caía muerta....
Ahora estamos planeando un finde urbano en Madrid, veremos como va todo, y este verano si tenemos el firme propósito de volver a ir fuera de vacaciones, probaremos con Canarias para que el viaje no sea demasiado largo...miedo me da el avión con ella...

[Ardid 1.581]

Jo Surita, me veo reflejada en casi todo, sólo que creo que Iñaki tiene tono un poco más negativo que tu hija, pero en lo demás es todo igual, me temo: los cabreos, los llantos, la impotencia cuando estás en un lugar público por no saber controlar la situación.

Valiente eres con el avión, ya nos contarás , pero sobre todo me interesa ese fin de semana urbano en Madrid


Nosotros elegimos Sevilla porque nos da la impresión (siempre andamos con las impresiones y luego pinchamos, pero bueno) de que los destinos rurales, de playa (playa primaveral, que la veraniega ni la contemplo) o de montaña, le aburren, o al menos no le distraen tanto como una ciudad llena de gente. Veremos (veremos si no anulo )

[Mokita 162]

Bueno pues yo casi os voy a contar el caso contrario: a mi hijo de tres años le encanta ir a restaurantes. Cierto es que nuestras salidas son tipo Vips o similar, sitios informales, donde tienen pinturas, menús infantiles...etc.

Lo malo es que el día que vamos luego nos pasamos dos días soportando protestas en casa porque él quiere ir "al restaurante". Mis suegros se quedan una tarde a la semana con él y tenían por costumbre dar un paseo y entrar a una cafetería a tomar un café y darle la merienda. Tuvieron que dejar de hacerlo, primero porque además de su merienda salía "ya cenado" con un pincho de tortilla y segundo porque era ver a los abuelos y decir "ahora nos vamos al restaurante" aunque ellos vinieran a comer a nuestra casa.

Y en cuanto a los viajes la verdad es que salimos poco, pero más por pereza de mi marido que por los niños. Con el mayor hemos estado siempre en destinos tranquilos de playa (en realidad es que la playa nos gusta en otoño o en primavera para pasear, huimos de ella en el mes de agosto) y bastante bien. Nuestro truco es hacer una excursión mañanera, comer fuera y aprovechar el momento de la siesta para desplazarnos a otro lugar y que así duerma en el coche. Nos funciona bien, aunque alguna vez hemos llegado a destino y nos ha tocado esperar una hora en el coche porque nos daba pena despertarle...

Tenemos otro pequeño de un año y el verano pasado estuvimos en Cantabria, el pequeño con cuatro meses y también fue bien, y eso que cuando le propuse a mi marido irnos de vacaciones me miró como si estuviera loca y sus palabras fueron "pero ¿dónde vamos a ir con los dos?".

Es verdad que el plan apartamento siempre es más trabajoso que ir a un hotel con todo hecho (comidas, camas, limpieza...), yo de momento a eso no me atrevo, no me parece cómodo ni para los niños ni para nosotros irnos todos a dormir a las 10 de la noche (o aguantarlos despiertos más rato por alargar la velada), aunque supongo que eso también llegará.

[nguillen72 173]

nosotros solo comíamos fuera cuando pau dormia, cuando era bebe, las cenas solo fueron un par de cenas en casa de unos amigos, hasta los 3 años, que ya "aguantaba" pintando, poniendo cromos, ahora muchos viernes nos vamos a cenar a un bar en cuanto pisamos el pueblo, y se esta sentadito una hora, pero es que nos tendrías que ver con los cromos, aprovechamos para aprender los números, buscarlos, vamos que un cromo puede durar 10 minutos jajaj ajajajajajajaj. hemos ido a Mallorca y excepto que fue al poco de quitarle el pañal fue bien, pero era mas pequeño, y a hoteles también hemos ido, pero claro, es que pau de casero no tiene nada

[isabex 0]

Hola, te aporto mi granito de arena:


hoy me he acordado de ti porque hemos comido fuera con niña (24 meses) y bebé (2 meses). El secreto, hemos ido al restaurante a las 13,15 tras recogerla de la guarde :-) No había nadie (era una marisquería, y hemos comido arroz, para que ella comiera lo mismo)
Ventajas: te atienden rapidísimo, le he dado el pecho al bebé como en casa, la niña correteando a sus anchas por el restaurante sin molestar a nadie porque estaba completamente vacío. Luego el bebé se puso a llorar y nosotros super tranquilos sabiendo que no molestábamos a nadie.


Inconvenientes: necesitas tener un horario laboral flexible, para poder ir a esas horas.


otra opción es ir con la familia, y las primas mayores se encargan de cuidar y jugar con la peque mientras nosotros terminamos.


La mía también duerme dos o tres horas de siesta, a veces en algún viaje la hemos dormido en brazos y luego al carrito (buga) y ya no había niña.


En cuanto al tema viajes, no te serviré de mucho ejemplo porque nosotros estamos siempre arriba y abajo, y ella está acostumbrada desde los dos meses a viajar y a dormir en sitios nuevos, y le encanta subirse al tren, al avión, meterse en la cunita nueva del hotel... Creo que es cuestión de estar acostumbrado. Pero por si te sirve de algo, hay unos hoteles que se llaman Family Friendly, que están especialmente pensados para niños y bebés, por ejemplo en el buffet hay comida pensada para ellos, o hay cien tronas en el restaurante, platos de plástico etc, y no tienes que preocuparte de que tu hijo moleste porque el 90 por ciento son familias con niños pequeños, que están en tu misma situación. Es más, la mía a veces come porque ve comer al niño de al lado :-)


Quizá lo que tendríais que hacer es lo contrario, salir más a menudo para que se acostumbre?


También me ha salvado muchas veces ponerle dibujos en el móvil o el ipad, ya sé que no es lo mejor pero hemos comido super a gusto :-)

[Ardid 1.581]

Isabex, es que, como dije antes, nosotros salíamos mucho y hemos ido a menos porque la cosa ha ido de bien a muy mal. No creo que sea cosa de costumbre, sino del carácter. La primera escapada la hicimos cuando Iñaki aún no tenía tres meses, a Albarracín, luego un fin de semana cerca de casa, luego 12 días a Euskadi, a una casa rural a Cuenca... al Xorret de Catí... en fin, que casi todos los meses salíamos. Hasta que cumplió el año y vimos que ya no le daba igual estar en un sitio que en otro, y que de acostumbrarse nada

Las soluciones que impliquen pantalla no las contemplo, como el correteo feliz entre las mesas...

- - - Actualizado - - -

Mokita, pero tu hijo ya tiene un año más que el mío. Yo tengo la esperanza que dentro de un año las cosas sean como cuentas, pero ¿también le encantaba ir a restaurantes hace un año?

[Ardid 1.581]

Pues eso Nuri, que el carácter de cada crío también importa, y yo noto que para Iñaki cambiar radicalmente de entorno, incluido el lugar que hace de "casa", donde se come y se duerme, lo recibe como una amenaza, y le genera mucho estrés.

Además de que, me pongo en su lugar, y salir a comer fuera, o salir a visitar una nueva ciudad, para él no tiene ningún atractivo. Es demasiado pequeño para apreciar un paisaje bonito; su curiosidad por la comida es nula, y la posibilidad de probar cosas nuevas en un restaurante para él no es ninguna ventaja, etc.