Jump to content

TERCERA PARTE

Puntuar este tema:


Recommended Posts


Iba corriendo y pensando en lo que estaba pasando, cuando al dar la vuelta a la esquina del edificio pude ver como se alejaba tu maquina de viajar. Empecé a llamarte al mismo tiempo que apuraba mi carrera. "¡ Eh, amigo, que te olvidas de mí!" gritaba una y otra vez mientras que seguía corriendo con mas fuerza. A través del cristal trasero de tu maquina pude ver como tu cachorro me hacia señales con la mano a la vez que de sus ojos salía ese liquido que vosotros llamabais lagrimas y que le ocurría siempre que hacia una cosa que vosotros llamáis llorar. No entendía nada. ¿Porque estaba llorando tu cachorro, porqué te habías olvidado de llamarme como hacías siempre? ¿ Porqué.....? ¿porqué......?.

Seguí gritando y corriendo un rato mas con la esperanza de que te dieras cuenta de que faltaba yo, pero pasaban muchas maquinas de viajar como la tuya a toda velocidad y tuve miedo de que me hicieran daño, así que pensé que lo mejor era regresar al sitio donde nos habíamos parado y esperar allí a que volvieras a recogerme. Me situé un poco apartado, debajo de un árbol para protegerme del sol que calentaba mucho. Desde allí podía ver perfectamente como llegaron un montón mas de maquinas, todas cargadas de maletas y con muchos humanos. Llego la noche y tu no aparecías. Yo estaba un poco nervioso porque allí no conocía a nadie.

Así pasaron varias noches más. Yo no podía explicarme como podías tardar tanto en volver. Seria que no sabias regresar a buscarme por que no tenias ese papel que llamáis mapa y que tu siempre mirabas cuando salíamos de casa para ir al campo.

Mientras seguía esperando por ti, los señores que atendían a los que paraban allí, me dieron agua para beber e intentaron sobornarme con comida, pero yo me alejaba de ellos. No tenia hambre y además no quería que me cogieran y me apartaran de aquel lugar. ¡Y si regresabas y yo no estaba allí! ¡que ibas a pensar de mi!.

Tenía que esperar el tiempo que hiciese falta. Todas las noches le pedía a gritos al Gran Espíritu del Norte que guiara tus pasos de regreso en mi búsqueda. Pasaron otras cuantas noches más y un amanecer cuando aún estaba medio dormido unos señores con un lazo me sorprendieron y me apresaron. Me introdujeron en una maquina de viajar mas grande que la tuya y me llevaron a un sitio apartado. Al entrar pude ver un cartel que ponía algo así como "perrera municipal".

Aquel sitio estaba abarrotado de otros como yo. Me llevaron a una habitación donde estaban esperando un macho y una hembra jóvenes de tu especie, vestidos con unas batas verdes. Me miraron, escucharon mi respiración y mi corazón con un aparato y me tocaron por todas partes. ""Está un poco asustado y flaco" dijo la hembra. "no es de extrañar si lleva casi dos semanas sin comer, abandonado a su suerte en la gasolinera" dijo después el macho. "Parece un animal fuerte, seguro que en unos pocos días estará recuperado" añadió.

¡Abandonado!. Que significaba aquella palabra. Nunca la había escuchado anteriormente. A los pocos días, la perrita con la que compartía la habitación en la que nos habían encerrado, me lo explicó. Todos los que estaban allí les había pasado lo mismo. Sus amos los habían abandonado. "¡pero eso no puede ser!" , les repetía yo una y otra vez, "el humano con el que yo vivía era mi amigo y nunca me haría eso" les decía yo. "lo que pasa es que está un poco cansado del trabajo y se olvido de mi en aquel sitio y ahora seguro que está tratando de encontrarme para llevarme con él" les repetía yo un día tras otro, tratando de convencerme a mi mismo de que eso era lo que de verdad había pasado. No quería creer otra cosa.

Seguía sin comer mucho. La pena por estar encerrado en aquel lugar me hacía perder el apetito. Mis compañeros de encierro me decían que tenia que reponerme, que si no comía no tendría buen aspecto y nadie me querría adoptar. "¡es que yo no quiero que nadie me adopte. Yo ya tengo una familia y no quiero otra!" les respondía. Pasaron muchas más noches. Alguna vez, venían alguna familia y se llevaban a alguno de mis compañeros. Yo seguía esperando ilusionado a que un día aparecieras tú con tu compañera y tu cachorro a buscarme.

Un día que estábamos como siempre varios en el patio, se acercó a mi un tipo que ya llevaba varios días provocándome. Era un macho más joven y fuerte que yo y le gustaba presumir de su fuerza delante de las hembras.. Siempre se metía conmigo diciéndome que tu nunca vendrías a buscarme, que eras igual que todos los otros humanos que habían abandonado a sus mejores amigos en aquel terrible lugar porque les estorbaban. Yo no podía consentir que aquel individuo ignorante y provocador pusiera en duda tu buen corazón. Después de un rato en el que me estuvo machacando con su voz histérica, no pude aguantar más y me abalancé sobre él. Lo cierto es que yo no estaba en mi mejor forma física pero intenté defender tu honor con todas mis fuerzas, pero aquel joven macho estaba más fuerte y me dio una buena paliza. A continuación todo pasó muy deprisa.

Salieron los humanos que nos cuidaban, me cogieron en brazos y me tumbaron encima de una mesa de metal frió que tenían dentro de la casa. Yo casi no podía moverme. No tenia fuerzas .Tenia mordiscos por casi todas partes que sangraban bastante, pero no sentía dolor. Estaba muy cansado.

Seguía esperándote pero las horas se me acababan.

Los dos humanos parecían nerviosos. No paraban hablar y de abrir y cerrar cajones, cogiendo todo tipo de cosas.
Se acercaron a la mesa donde estaba tumbado y comenzaron a limpiarme las heridas. Sus caras tenían una expresión extraña. Seguían discutiendo. "no podemos hacer nada por él" decía el macho. " si que podemos. Tenemos que intentarlo" decía la hembra. "no vale la pena" volvía a repetir el macho. " no creo que pueda recuperarse de estas heridas. Y aunque lo haga, se acabará muriendo de tristeza" continuó diciendo. "desde que llegó, prácticamente no ha comido, se pasa el día tumbado en la esquina de la entrada como si estuviera esperando por alguien, que tu y yo sabemos que no vendrá". "Sabes que estamos desbordados, no podemos atenderlo como realmente se merece, así que no vale la pena seguir haciéndolo sufrir. Lo mejor para él es dormirlo" acabó diciendo mientras que la hembra me miraba con cara de tristeza y parecía asentir con la cabeza.

Al cabo de un momento, la hembra se acercó y empezó a hablarme con una gran ternura mientras me inyectaba un liquido frió en una de mis patas. "tranquilo, no te dolerá" me decía en voz bajita. Al poco tiempo empecé a sentir como me invadía un gran sueño. Ella seguía a mi lado, con su cabeza pegada a la mía. "Lo siento chico" fue lo ultimo que me dijo, al tiempo que unas enormes gotas de agua le salían de sus lindos ojos. "¡Lo siento!" había dicho. Hacia tiempo que no escuchaba aquella frase. Alguna vez , tu también me lo habías dicho. No sé muy bien porque me lo decía, pero sonaba bien, así que haciendo un pequeño esfuerzo, moví ligeramente la cola en señal de agradecimiento.

Mi corazón empezó a latir con menos fuerza, los ojos se me cerraban y la boca se me secaba. Sospechaba que la cara mojada de aquella joven hembra que tan amablemente me estaba tratando era lo ultimo que vería, así que con el ultimo aliento que me quedaba, pasé mi lengua por su cara tratando de secarle las lagrimas. Era mi forma de darle las gracias. Ya que no pude despedirme de ti, al menos lo haría de ella, aunque hubiera preferido que fueras tú el que me acompañaras en aquel trascendental momento. Cerré los ojos y sentí como una profunda sensación de bienestar invadía todo mi cuerpo


Enlace al post
Compartir en otros sitios
×
×
  • Create New...