Para empezar, ped? el fondant y los colorantes a Club Cocina, pero el ingreso no llegó hasta tres días después de hacerlo, con lo cual, no lo tendría para el viernes que es cuando tenía que hacer la tarta. Llam? a atenci?n al cliente y Reyes, una chica muuuy simp?tica, agradable y atenta, revolucion? ups para hacármelo llegar el jueves. Pero el jueves no llegó. Reyes ech? alguna bronca que otra, me imagino, y el viernes a mediodía lo tenía en casa. Además, fue tan amable que hasta me llam? ella a mí para confirmar si me había llegado, y me incluy? en el env?o unas instrucciones para modelar cochecitos de fondant. Pero c**o yo no tengo manos, sino zarpas, poca utilidad pude darles. Perop Ryes, mil gracias, te has portado maravillosamente, si no es por ti, no habría tenido mi pedido a tiempo.
Bueno, empecemos. Cuando bajé de la nube, descubr? que modelar en bizcocho a Rayo, ese instrumento veloz y aerodim?mico, era una tarea que escapaba holgadamente a mis posibilidades. Así pues pensá en convertir la tarta en el desierto con los cactus, la carretera y las ruedas de Luigi e ide? un sistema de moldes para hacer a Rayo de Doc de fondant. Los modelos:

Un molde de arcilla:

El otro:

Secando al sol: (la gente que pasaba me miraba c**o si estuviera loca, sacando fotos a algo de color caca que tenía en la ventana)...

Ya casi secos:

Molde sujeto con gomas y con azúcar glass, junto al fondant preparado.

Con el fondant y apunto de llevarme una decepci?n c**o un piano, la primera de la tarde.

Engendro resultante de mi experimento, ya coloreado y todo.

Es evidente que mi sistema de modelado tenía sus lagunillas...
Ah, olvidé poner el fondant que usí.

Y lo que sigue aquí, es mejor que no lo veáis. Cuatro horas y media tard? en decorar la tarta, que se dice pronto. Y sien embargo, cua?quier niño de Infantil, con menos tiempo, lo habría hecho mejor. Cuando estiraba el fondant se me pegaba en la encimera, cuando no se me pegaba, se la abr?an agujeros... A la octava vez que intentú poner lo sobre la tarta, (que encima me salió verde), me sentú en el suelo a llorar un rato. Algo desahogada, continu?.
Os presento el bizcocho, que te?? de azul, pero que milagros de la mezcla de colores (parece mentira que yo trabaje en una guarde), se me puso verde, mi abuela decía que si era de espinacas, buaaaaaaa.

Y aquí cómo quedé mi cocina tras el huracán Fondat que arr así completamente toda su costa oriental, occidental, norte y sur.

El otro lado

La mesa tampoco escap? al efecto invernadreo, digooo, fondantero.

El relleno fue lo que más ?xito tuvo, muy fácil y rico, improvis? sobre la marcha, porque con ese panorama a ver Quién era la guapa que se ponía a hacer crema pastelera de chocolate...
Bueno, el resultado fue este:

La carretera y las letras ocultan agujeros.
Y ahí me vino la inspiraci?n divina. Record? la colección de los cars de los huevos kinder, y pensá que el decorado podía ayudar un poco. Así que fotocopié los paisajes del camión Mack trailer de Rayo de mi niño. ¿Se nota que es un fan?tico de Cars?

Otra vista.

Y otra
Ah, pues no he colgado esa foto, joo, hasta esto se me da fatal... En fin, para que os hag?is una idea sobra.
El mi?rcoles lo celebro en casa, así que la tarta será más decente, prometo fotos. Perdonad por el rollo y lo largo que es este testamento. Menos mal que el niño sólo cumpli? tres años y no es muy exigente aún.....

