- Pelamos los tomates, los partimos por la mitad y le sacamos la semilla. Cortamos en trozos la pulpa.
- En un bol con agua ponemos la gelatina para que se vaya hidratando.
- Pochamos la cebolla picada y cuando este dorada añadimos todos los tomate picados, dejamos sofreir hasta conseguir un puré que haya desgastado todo su jugo.
- Paramos el fuego y añadimos las gelatinas, removemos hasta que se disuelvan con el tomate. Añadimos el estragón.
- Con la ayuda de el vaso de la batidora ponemos el puré de tomate, el queso fresco y tomillo. Batimos todo, añadimos sal y pimienta, volvemos a batir.