Bueno que no estemos triste porque se han terminado las navidades, la vida hay que endulzarla ¿o no?
Elaboración:
Batir los huevos con las yemas y el agua, colar para eliminar los cordones de los huevos.
En un cuenco pondremos el azúcar y la harina, lo mezclaremos bien, verter en el batido y llevar todo junto al fuego. Remover muy bien hasta la ebullición, quedará una pasta espesa, ahora incorporar los piñones y la harina de almendras, mezclar bien de nuevo.
Verter el preparado entre dos papeles de hornear y estirar con el rodillo dejándolo de un centímetro de grueso y procurándolo dejar de forma rectangular. Enfriar en la nevera.
Cortar en rectángulos de 5 x 4 cm.
Derretir el chocolate blanco con el aceite de girasol, mezclar insistentemente. Luego ir bañando las yemas en el chocolate y las depositaremos bien escurridas encima de papel de hornear. Una vez estén frías y la cobertura endurecida le recortamos los bordes y ya las podemos consumir.