Yo soy de una generación con abuelas de esas que se pasaban las horas mirando los fogones y mimando la comida y como ya he comentado en alguna receta anterior la mejor herencia que me ha dejado en vida la mía fue el libro de cocina de su madre (mi bisabuela), lleno de secretos que ya nunca se perderán.
Pues bien hoy os invito a probar con estas maravillosas magdalenas de bizcocho suave y sabor a auténtico limón que llevan elaborándose desde hace tres generaciones. La receta es de 1910.
Elaboración: Comenzamos rallando la piel del limón, cuando lo tengamos completamente rallado le exprimimos su zumo.
Ponemos en una fuente honda la ralladura de limón, el zumo, los huevos y el azúcar, batimos con las varillas hasta que estén completamente mezclados.
Echamos ahora el aceite de oliva y volvemos a batir hasta que se integre bien con la mezcla anterior.
Agregamos la harina tamizada, la levadura y la pizca de sal, batimos una vez más hasta que quede una masa homogénea.
Vertemos la masa en los moldes de papel o silicona y dejamos enfriar en la nevera al menos una hora para que la masa esté bien fría (si podéis dejarla reposar en la nevera toda la noche, el contrate de la masa fría con el horno caliente es lo que hará que suban tan bien)…