Hay sabores que te acompañan durante toda tu vida y otros que te sorprenden con el paso de los años y éste es el caso del plato que hoy os presento, una riquísima y aromática lasaña de espinacas.
Elaboración: Ponemos las placas de pasta en agua templada con un chorrito de aceite.
Salteamos las espinacas en una sartén con un poco de aceite de oliva hasta que pierdan volumen.
Retiramos del fuego, añadimos las pasas y el queso fresco desmigado y reservamos.
Picamos la cebolla fina y ponemos a calentar la leche en un cazo.
En una olla mediana, pochamos la cebolla con la mantequilla y un chorrito de aceite al mínimo hasta que esté transparente. Añadimos la harina, removemos y dejamos que se haga a fuego lento (10 minutos). Incorporamos la leche bien caliente removemos con unas varillas hasta obtener una bechamel ligera. Salpimentamos y sazonamos con nuez moscada al gusto.
Ponemos la primera capa de pasta y encima la mezcla de espinacas. Cubrimos con bechamel, ponemos la segunda capa de pasta y repetimos la operación terminando con capa de pasta bañada en bechamel.
Espolvoreamos con el queso emmental y horneamos unos 25-30 minutos a 180 grados. Cuando esté dorado sacamos del horno y servimos.