Si no queréis complicaros, pedís al carnicero que os abra las pechugas, especificando que son para rellenar, para que así las abra como un librillo, si no en casa con ayuda de un cuchillo bien afilado abrís las pechugas dejandolas lo más planas posible, podéis también golpear con un mazo de cocina o la palma de la mano para ayudaros a lograr el mismo grosor.
Cortar un trozo de film transparente de cocina, untarlo con aceite de oliva y colocar la pechuga encima. Aprovechad para salar la pechuga en el interior. Tampoco en exceso, puesto que el jamón va a aportar sal.
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