Un postre ligero y saludable, porque lo sano en muchas ocasiones no está reñido con comer cosas ricas, aquí un ejemplo de ello…
Elaboración: Lavamos los frutos rojos, secamos y eliminamos el pedúnculo.
Colocamos la fruta troceada en el vaso de una batidora y trituramos junto con el zumo de naranja y el limón, hasta obtener una crema fina, rallamos un poco de jengibre y mezclamos.
Vertemos sobre el fondo del plato la sopa de frutos rojos, colocamos el queso fresco en el centro y espolvoreamos con los pistachos picados.