De verdad que hemos flipado con el sabor y la textura, porque al primer bocado, solo notas el chocolate, a medida que vas comiendo, te das cuenta de la textura de las avellanas y aparece mágicamente su sabor…. y al final, después de 3 bocados por lo menos, te das cuenta del sutil regustillo a ciruela que te queda en el paladar.
Vamos con otra receta búlgara, algo irresistible que puedes comer en cualquier panadería o en puestos callejeros.
Es un lujo hacer panecillos de hamburguesa caseros, sobre todo, cuando te vas comer tu propia hamburguesa a la Barbacoa, es más, me parece un auténtico sacrilegio, comer una hamburguesa casera con pan industrial ultraprocesado.
Cuando digo que uso mermelada para cocinar, las caras de quienes me escuchan siempre se transforman… y es que pensamos que la mermelada es para untarla en una tostada o como mucho sobre una tortita…pero…. hay tanto que hacer con ella que si me salto alguna opción aquí, por favor dejarme la receta en los comentarios.
Estas galletas se hacen literalmente en un pis pas, sin nevera, sin moldes, sin manga pastelera y son espectaculares. Quedan muy crujientes y aguantan bien hasta una semana en una lata de galletas hermética. Pero sinceramente, en dos días no quedará ni el rastro.
