Estando ya en plena cuaresma, y todavía sin publicar ninguna receta típica de éstas fechas. Para ponerle remedio, he pensado en éstas rosquillas, la receta base es la misma que las rosquillas de anís, receta heredada de mi madre, y que siempre sale bien. En ésta ocasión las he hecho con zumo de naranja, y debo decir que me han gustado mucho, tanto como las de anís que son mis preferidas. Y a los de casa, no os quiero ni contar; han quedado superbuenas, crujientes por fuera y tiernas y esponjosas por dentro.