El bizcocho, esa disciplina férrea de las tardes de lluvia, de desahogo, o de ganas de repostería sencilla, puede llegar a ser el dulce más versátil. En formato redondo o alargado, en aspecto de chupa-chups si me apuran. De frutasy de alguna que otra verdura, de chocolate, de todo un poco y de nada en concreto. A mí me gustan clásicos, con productos de buena calidad, sin artificios ni excesos innecesarios y con sabor a la cocina de mi madre.