Nuestra amiga Fumarola33 nos presenta este postre típico de Galicia, unas rosquillas pequeñas bañadas con glaseado. Unos dulces deliciosos que guardados en un recipiente hermético duran mucho tiempo.
En un recipiente mezclamos todos los ingredientes de la masa, reservando una poca de harina por si resultase demasiada cantidad, amasamos hasta que no se pegue a las manos. De manera que vamos viendo si necesita ponerle toda la harina o no.
Dejamos reposar la masa media hora y vamos formando bolitas, las aplanamos un poco y con el dedo les hacemos un agujero pequeño en el centro (al hornearlas tiende a cerrarse) y las vamos colocando en una bandeja sobre papel de horno. Las horneamos a 170º hasta que empiecen a dorarse.
Hacemos con el agua y el azúcar un almíbar espeso, a punto de hebra. Ponemos la clara a punto de nieve y cuando esté el almíbar se lo añadimos a la clara poco a poco hasta que quede todo bien mezclado.
Sumergimos en el glaseado los melindres, les damos una vueltas, los sacamos y los dejamos a secar sobre papel de horno.
Cuando estén secos ya están listos para consumir o guardar.
Si los guardamos en un recipiente hermético duran muchos días.