El postre de este fin de semana es «amarillo», como mi cocina, como mi blog y como mi estado de ánimo.
A M A R I L L O!!, porque amarillo es el sol, que nos transmite tanta energía positiva y nos llena de alegría! (aunque aquí esta semana ha brillado por su ausencia), porque el color amarillo es alegre y levanta el ánimo y porque una casa llena de luz es un hogar cálido!! y si a todo esto le sumamos que somos chocolateros y nos encanta el limón, amarillo también, tenemos el cóctel perfecto!!
Elaboración: Tamizamos la harina y el cacao y lo ponemos en el vaso de nuestro robot de cocina.
Añadimos la mantequilla troceada, la almendra, el azúcar y el huevo y lo amasamos hasta que todos los ingredientes estén bien integrados.
Acabamos de trabajar la masa con las manos, formamos una bola y la aplastamos.
La ponemos en el centro de un molde desmontable acanalado de 21 ó 22 cm de diámetro y vamos presionando con las manos hasta extenderla completamente y cubrir la base. Seguimos empujando con los dedos hasta cubrir bien el borde del molde. No recortamos la masa sobrante.
Tapamos con papel film sin presionar y refrigeramos 30 minutos.
