Hoy os traigo otro intento por conseguir una tarta decente, tras la tarta Guinness me he atrevido con este carrot cake o pastel de zanahorias. De primeras me costó creer que una tarta de zanahorias estuviese tan buena pero de verdad.. lo está. Gracias a Reyes de “My sweet carrot cake” por su recetilla, de la cúal sólo modifiqué la cantidad de harina y añadí jengibre como me dijo mi compañero de trabajo Manuel Sicilia.
Elaboración: Precalentamos el horno a 180º por ambos lados. Empezamos rallando las zanahorias. En un bol tamizamos la harina y añadimos el azúcar blanco, azúcar moreno, las cucharaditas de levadura, bicarbonato, canela, jengibre y sal. Mezclamos todo bien. Ahora en otro bol batimos los huevos con el extracto de vainilla y el aceite de girasol. Batimos bien hasta que veáis que espesa. Ahora añadimos las nueces de macadamia trituradas junto a la zanahoria rallada. Mezclamos todo bien hasta conseguir una pasta. Vertemos el contenido del otro bol en este. Removemos bien hasta que la harina se integre bien y consigamos una masa homogénea. Preparamos el molde untándolo de mantequilla por todo él y un poco de harina para que así no se nos pegue después y podamos desmoldarlo con facilidad. Ponemos a hornear durante 50 minutos a 180º. Pinchamos con un palillo pasado ese tiempo y si sale limpio está listo nuestro pastel. Para preparar el frosting de queso mezclamos en un bol el queso con el azúcar glass, la mantequilla (a temperatura ambiente) y la cucharada de extracto de vainilla, mezclando todo bien hasta que se forme una masa homogénea. Cuando termine el horneado dejamos enfriar en una rejilla y ponemos el frosting de queso por encima.